Metas y retos (2)
Ante las grandes metas y muchos retos que el Gobierno y el país tienen por delante, me alegra que el Poder Ejecutivo haya declarado el 2018 como el ‘Año del Fomento de las Exportaciones’. Ya en una exposición en la Cámara Americana de Comercio y ante miembros del empresariado nacional, hace unos meses, el ministro Administrativo, José Ramón Peralta, había avanzado el interés de prestar atención especial y ofrecer el debido apoyo oficial al sector exportador. Lo cierto es que para generar las divisas que el país necesita para poder cumplir con los compromisos ya contraídos y para adquirir los bienes y servicios indispensables en lo adelante, tiene que exportar. Pero se cae de la mata que para colocar algo en los mercados internacionales, primero hay que producirlo. Entonces, para no caer en un círculo vicioso y pasar de la aspiración a la realidad, debemos tener claro que si pretendemos romper o revertir el desbalance comercial que nos ha caracterizado, la clave está en producir más; o sea, para el consumo interno y para ser más dinámicos en materia de exportaciones. Por otra parte, veo bien (lo ideal es que los gobiernos terminen lo que comienzan, y cumplan con lo que se han propuesto o han prometido al pueblo), que el presidente Danilo Medina dijera que sus principales metas para el próximo año a comenzar son: terminar la planta de Punta Catalina, los 60 hospitales en reconstrucción, las obras viales que realiza Obras Públicas, inaugurar decenas de escuelas en construcción, la segunda línea del Metro de Santo Domingo y el Teleférico. En esto, valen algunas críticas porque, por ejemplo, la adecuación de algunos “solares” destinados a planteles escolares resultó más costosa que la obra a levantarse en el lugar; y en Punta Catalina, el Estado debió adquirir previamente los terrenos donde se levanta la emblemática obra, pero ambos esfuerzos de la actual administración caen dentro de lo que había que hacer, y que no se podía prolongar por más tiempo. En materia de educación, los déficits – y las quejas- eran de toda una vida. Y respecto a la energía, todavía por resolverse (los apagones recientes repiten la historia y recuerdan los muchos chantajes). Se entiende que, por estrategia, es algo que el Estado debe controlar, y que Punta Catalina vendría a evitar que al gobierno de turno el sector privado le doble el brazo y le apague el país (¿), como ha sido práctica. Es el punto que algunos críticos alegres – verdes o de otros colores- no han visto o no han querido ver. Sobre el Metro – con resultados a mano - es clave para el transporte masivo de carga y de pasajeros, como respuesta al desorden y al caos existente en calles y carreteras.