¿INCENTIVARÁ LA REFORMA EL CRECIMIENTO ECONÓMICO?
Ciertamente, no hay evidencia empírica sólida que pruebe que una reducción de impuestos sea causante de crecimiento, por lo menos no para la economía de los EE.UU. Sin embargo, en este caso creemos que la reducción impositiva de Trump tiene el potencial de acelerar el crecimiento de la economía de los EE.UU. al punto del sobrecalentamiento, ya que ella no se produce de manera aislada, sino como parte de un conjunto de incentivos que tocan, no solo a la parte real de la economía, sino también al sector financiero.
Por un lado, ya antes de la reforma la economía había mostrado un dinamismo pronunciado en el primer año de Trump. Ello puede ser atribuido a dos razones. Primero, las expectativas de empresarios y consumidores mejoraron marcadamente desde el inicio de la nueva administración. Entendemos que la razón de esto fue el discurso de Trump antes y después de las elecciones, en el que enfatizó en la creación de empleos y la implementación de medidas a favor de las empresas. Esto contrasta con Obama, a quien se le tildó de “antiempresario” al comienzo de su mandato.
Esta mejora de las expectativas ha sido reforzada, por el lado de los empresarios, con la eliminación y congelación de numerosas regulaciones y la promesa de profundizar el desmonte de muchas otras. Esto representa un giro de 180 grados con respecto a lo que hizo Obama en este terreno y, aparte de reducir costos operativos a los empresarios, les da confianza de que no continuarán enfrentando lo que muchos calificaban como un clima de sobreregulación que desmotivaba la inversión. Cabe destacar que, contrario a lo prometido en la campaña, el desmonte de regulaciones derivadas de la ley Dodd-Frank, llamada a evitar la repetición de una crisis similar a la del 2008, ha sido parte prominente de lo que la actual administración cataloga como flexibilización de las trabas a las inversiones.