En la diana
Primer Tiro
Si el promedio mensual de ingresos en divisas al mercado cambiario ha subido a US$1,920.6 millones; si el balance de reservas internacionales netas del Banco Central es de US$6,776.8 millones (equivalente a 4.5 meses de importaciones, el más alto valor registrado en toda la historia de la institución emisora), entonces no tiene ningún fundamento, y carece de toda base empírica, la afirmación de que existe una escasez de dólares. Si a lo anterior se agrega que en la próxima semana ingresarían US$1,822.0 millones por concepto de colocación de bonos globales en pesos y en dólares, entonces tampoco tendrían posibles expectativas de que la tasa de devaluación de la moneda nacional podría aumentar en los próximos meses, pues esos recursos cubren con creces los posibles efectos permanentes de un aumento de los precios del petróleo, quedando intacto los demás efectos positivos de la balanza corriente con el exterior registrado durante los últimos meses. Segundo Tiro
Los efectos de la reforma tributaria de Estados Unidos y del proceso de aumento de las tasas de interés en la gran economía del norte no se producirían en los próximos meses, y aunque una parte de los mismos sean compensados por un aumento de los ingresos de turismo, zonas francas y remesas, su carácter permanente demandará la activación de mecanismos de ajustes internos que permitan asimilar parte de ese impacto. La disminución del desempleo y el incremento de los salarios en esa economía creará fuertes presiones inflacionarias que impondrán a la Reserva Federal (Banco Central) la decisión de iniciar el tan esperado proceso de aumento de las tasas de interés de política de dicha institución, lo cual, dado el principio de la paridad, tendrá repercusiones en las tasas de interés domésticas. La Tasa de Política Monetaria y las operaciones de mercado abierto orientada a ajustar la cantidad de dinero y la liquidez general a las condiciones o fundamentos reales de la economía son instrumentos cuyo uso eficiente por parte del Banco Central garantizan el control de la inflación y una tasa de devaluación alineada con lo contemplado en el presupuesto. Tercer Tiro
Hasta el día 12 del cursante mes el promedio del tipo de cambio presentaba una devaluación anual del 3.3%, muy por debajo del 4% contemplado en el presupuesto. Pero quizás el cálculo de la trayectoria de la presión cambiaria en el período comprendido entre el 31 de diciembre y la fecha actual permita ver con más claridad el panorama del mercado cambiario. Se define la presión cambiaria como la diferencia entre el tipo de cambio teórico que resulta de dividir la emisión monetaria entre las reservas internacionales netas y el tipo de cambio realmente observado en el mercado cambiario. Una vez calculada la misma, se obtiene que tanto, utilizando la emisión monetaria restringida como la ampliada, el resultado es una fuerte disminución de dicho valor entre el 31 de diciembre y la fecha actual. En la subasta de notas del Banco Central del pasado martes se adjudicaron RD$ 21,135.4 millones, los cuales salen de la emisión monetaria, eliminando una parte del exceso de liquidez que ha creado el sistema bancario, y lo que debería producir una mayor alineación entre los fundamentos reales del panorama macroeconómico y los mercados monetarios y cambiarios.