El amor, eterno protagonista
Sobre el tema del amor se ha fantaseado y derramado tinta a raudales. Sin este ingrediente vital no habría telenovelas y las películas tampoco se salvarían puesto que hay en realidad muy, pero muy pocas que no tengan alguna escena de amor. El ser humano necesita del amor, tanto como del aire que respira. Puede pasarse la vida sin muchas otras necesidades, pero anímicamente tiene que sentir, ver y respirar amor.
La literatura está repleta de temas de amor, los hay para adolescentes, almibarados y sentimentaloides. También los hay para amas de casa aburridas. Una de las escritoras más exitosas del género es Corín Tellado, quien desarrolló el tema en una serie de cuentos cortos que aparecen en las llamadas revistas del corazón.
Pero también los grandes escritores se han ocupado del tema, me atrevo a decir que son muy pocos los novelistas que no han tratado el amor de una u otra forma en sus grandes libros. Empezando por Homero, quien cuenta en su poema épico, la “Ilíada”, la guerra de Troya, desatada por Helena y su enamorado París. Hasta Gabriel García Márquez en su novela “El amor en los tiempos del cólera”, uno de los tratados de amor más exquisitos de la literatura universal.
En la vida real, el mundo, suspiró, se deleitó y lloró con aquel episodio protagonizado por el rey Eduardo de Inglaterra y su amor la plebeya Wallis Simpson, para remate, norteamericana y divorciada! Este accidentado romance, como en las novelas, triunfó sobre todas las adversidades y los amantes terminaron juntos, aunque de paso se llevaron de encuentro el trono de Inglaterra, que fue a parar a manos del hermano menor del rey.