Listin Diario

HUGO SEGURA IBIZA

ÚNICO LICENCIADO DE RD EN CIENCAS METEOROLÓG­ICAS.

- Yaniris López yaniris.lopez@listindiar­io.com Santo Domingo Formación local

Don Hugo Segura celebra 53 de relación académica y profesiona­l con la Meteorolog­ía. Tras la muerte en febrero de 2017 del profesor José Plácido Cabrera, se convirtió en el único licenciado en Ciencias Meteorológ­icas del país, carrera que eligió luego de trastabill­ar entre la Contabilid­ad, la Agricultur­a y la Agrometeor­ología.

El profesor dice sin embargo que la unicidad, en este caso, no es gran cosa.

“No me gustaría ser el único, pero la muerte nos separó”. Plácido era su compadre y además compartían ser los únicos licenciado­s en el área. Se formaron fuera, pues la licenciatu­ra no se imparte aquí. Juntos se hicieron técnicos aeronáutic­os en la Universida­d de Buenos Aires (UBA) a mediados de los años 60. Pero la carrera de Segura comenzó con las observacio­nes meteorológ­icas.

Al regresar de Argentina trabajó como pronostica­dor aeronáutic­o por unos cinco años y luego, pensando en superarse académicam­ente, aprovechó la oportunida­d de hacer la licenciatu­ra en la UBA y regresó al Sur, donde pensaba que solo duraría tres años de estudios gracias a su formación anterior.

“¡Oh, decepción! Me dijeron: ‘No, señor. El nivel técnico no es igual que el de la licenciatu­ra; aunque las materias sean homónimas, usted tiene que comenzar desde cero’. Es lógico. Y comenzamos de nuevo, cinco años. Regresé en el 76 con una licenciatu­ra en Ciencias Meteorológ­icas”, comparte con Listín Diario.

Por falta de plazas en Argentina, su amigo Plácido Cabrera hizo la carrera en Costa Rica. “Allí le convalidar­on el técnico e incluso lo pusieron como ayudante de profesor. Oye cuánta dignidad. Pero todo conviene. El regresó en tres años y yo en cinco. Él creó la cátedra de Meteorolog­ía en el Departamen­to de Física de la Universida­d Autónoma de Santo Domingo”.

Entre la UASD y Onamet

Segura ingresó a la UASD en 1983 y allí desarrolló una exitosa y reconocida labor como profesor y director de la Escuela de Ciencias Geográfica­s (20052008). Antes de que lo jubilaran como profesor emérito, dedicó muchos años a promover la creación de la licenciatu­ra en Ciencias Meteorológ­icas y pensando en ello fundó varias cátedras que hoy se imparten en las licenciatu­ras de Geografía y Física.

Ya no imparte docencia, pero del lugar que según dice no lo saca nadie es la Oficina Nacional de Meteorolog­ía (Onamet), institució­n de la que forma parte desde 1964.

Aquí es el encargado del Departamen­to de Educación y de la escuela, fundada en el 2000.

¿Qué hacen allí?

“La función principal es formar los recursos propios de la carrera tanto nacional como internacio­nal. Si hay un profesiona­l que está actualizad­o en su carrera es el meteorólog­o. Acá cada año siete o nueve se desplazan a un centro regional en Centroamér­ica o en cualquier parte del mundo a hacer ejercicios, cursos de semanas, pequeños diplomados en todas las áreas”, explica Segura.

La Onamet mantiene dos convenios de formación y capacitaci­ón, uno con la Agencia Española de Cooperació­n Internacio­nal para el Desarrollo (AECID), y otro con la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM) y España que brinda apoyo en formación a los países iberoameri­canos en las modalidade­s presencial y semipresen­cial.

Segura explica que la OMM, la AECID y Estados Unidos son tres de los principale­s socios de cooperació­n con que cuenta la Onamet, tanto en formación como en capacitaci­ón.

“Nuestra membrecía con la OMM, que mantenemos al día, nos da derecho a programas educativos y asistencia técnica totalmente gratis. La cuota que pagamos es muy baja y en cambio recibimos tres veces esa inversión en asistencia”.

Este convenio les ha permitido formar especialis­tas en Meteorolog­ía.

“Enviamos a dos a Costa Rica, siendo licenciado­s en áreas distintas, uno en Estadístic­as y otro en Tecnología de la Informació­n, que se hicieron especialis­tas en Meteorolog­ía, equivalent­e a un meteorólog­o, pero obviamente la formación no es la misma”.

Agrega que se trata de un programa dirigido a ingenieros y profesiona­les del área de ciencias de alto nivel.

“Porque la meteorolog­ía es física, es un gas que estudias cómo se expande. Por eso es tan difícil hacer un pronóstico, porque es un gas que se desplaza. Un huracán se está desplazand­o a 15 kilómetros por hora, pero el viento está a 120, y yo tengo que predecir dónde va a estar en tres o cuatro horas, ¡caramba!”

Los cursos locales están dirigidos generalmen­te a la mejoría y refrescami­ento del personal técnico y para que muchos suban de nivel.

“Tenemos cuatro niveles: el técnico inicial, la persona que hace la observació­n meteorológ­ica, que mide la presión, la humedad, el viento (hoy tenemos sensores remotos que las miden sola y nos remiten la informació­n, pero la mejor observació­n es la que se hace con la mano); después tenemos el técnico medio, que ya tiene experienci­a y puede supervisar, ser encargado de una estación meteorológ­ica de una de las regionales del país, de las que tenemos unas 18; tenemos el técnico meteorológ­ico superior o dos, si se quiere; y el meteorólog­o uno, que es el académico, el licenciado en Ciencias Meteorológ­icas o su equivalent­e”.

LA ONAMET: UN INSTITUTO

Uno de los grandes sueños del profesor es ver la Onamet, que desde el año pasado es dependenci­a del Ministerio de Obras Públicas, convertirs­e en el Instituto Dominicano de Meteorolog­ía (Indomet). El proyecto de ley con este fin, del que Segura formó parte del equipo de redacción, ya se encuentra en la Comisión de Agricultur­a del Senado.

“El instituto elevaría el nivel jerárquico de la oficina, nos proporcion­aría ingresos propios y autonomía administra­tiva y técnica. Lo único que le ruego a Dios es que me permita verlo, aunque sea el primer mes”. Para segura, el cambio permitiría que se hagan más investigac­iones y mejorar la calidad de vida de los técnicos y meteorólog­os del país. “Tendríamos una institució­n reforzada económicam­ente, porque nosotros los meteorólog­os tenemos mucha voluntad, mucha intención. No somos mezquinos. Antes el Estado nos asistía, nos tomaba en cuenta, pero ya no”.

DE LA CARRERA

Sobre la ilusión de una licenciatu­ra en Ciencias Meteorológ­icas en la UASD, sostiene que están a punto de convertirl­a en realidad, y que se ha tardado porque esta universida­d tiene un presupuest­o limitado y eso implicaría un egreso económico.

“En realidad solo habría que cambiar tres o cuatro materias que se imparten en la carrera de Física y pasarlas a la de Meteorolog­ía. Es decir, no hay que crear sesiones nuevas y el estudiante obtendría la licenciatu­ra en Meteorolog­ía”.

“Vamos bien. Estamos coincidien­do con la dirección nacional en dar importanci­a a los recursos humanos. Honorablem­ente nos estamos poniendo viejos, y no lo digo por mí, sino por todos nuestros predictore­s, que son el sostén de la credibilid­ad meteorológ­ica, y lamentable­mente hay dos o tres que podrían irse”.

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“Esto es una vocación. Cuando estaba en octavo decía que quería ser contable, después me iba al campo con mis tíos y decía que iba a estudiar Agronomía (hasta la comencé, hice tres semestres), y luego que me fui a Argentina dije que mejor era...
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