Contra Euclides: ¡Así no!
Si hay dominicanos que sin ser su familia de sangre conocen la vida y la trayectoria de Euclides Gutiérrez Félix esos son sus compañeros del Partido de la Liberación Dominicana fundado por quien fuera su líder, amigo y maestro, el profesor Juan Bosch.
Entre los más cercanos y aventajados discípulos del maestro está el hoy Presidente de la República, Danilo Medina, quien conoce las intríngulis de la política, las zancadillas y la perversidad de la misma, pero lo más importante, conoce al Superintendente de Seguros y sabe que donde está no hay espacio para actos reñidos con la ley, y menos de corrupción.
Que no cabe ni siquiera la posibilidad de que un subalterno lo haga, y que la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores (CADOAR) le dio pleno respaldo a la gestión de Gutiérrez Félix.
Pero cabe menos en cabeza de nadie que una gestión que tiene en bancos y certificados financieros mil quinientos millones de pesos puede ser un ejercicio de soborno y prácticas dolosas, además de haber liquidado por razones legales aseguradoras poderosas y de mayor importancia que la que acusa y pretende dañar una gestión.
Euclides Gutiérrez Félix ni en su juventud fue objeto de perversas acusaciones como las de ahora. Ha sido un hombre de armas tomar, polémico y de boca y posiciones duras, y eso en países de hombres y mujeres de sí señor, se paga caro.
Hay que tener cuidado con dar espacio a acusaciones y declaraciones en medios de comunicación que van poco a poco perdiendo audiencia y credibilidad, un hombre en el ocaso de una brillante carrera profesional y política no se mancha con disparates, pero tampoco se somete a la acusación alegre de quienes hacen las veces de receptores de malquerencias, frustraciones políticas y personales dejando de lado el compromiso sagrado de informar y al hacerlo ser veraz.
Por último, Euclides Gutiérrez Félix no teme a investigación alguna, sea de dónde sea, sabe de su honestidad y laboriosidad, y que tiene, ganado con su vida, el respaldo de sus familiares, de sus amigos y de sus compañeros de lucha y de partido, principalmente del Presidente de la República, a quien se debe como funcionario público y como parte de un proyecto político y de nación que es ejemplo para el país y el mundo.