Listin Diario

En la diana

- ROLANDO REYES

Tal y como lo demuestran los datos publicados por la Bolsa de Valores, al final del recién transcurri­do mes de marzo el mercado doméstico tenía una fuerte expectativ­a de que el Banco Central subiría la Tasa de Política Monetaria (TPM), pues el día anterior a la reunión en que se toma la decisión de mantener o modificar el nivel de dicha variable, el índice que refleja el precio de dichos títulos aumentó de manera significat­iva. La lectura del Panorama Macroeconó­mico que hizo el mercado fue diferente de la que hicieron los miembros del Comité de Política Monetaria del Banco Central. Una inflación por debajo del valor medio del rango de la meta de inflación del Programa Monetario es un factor de peso y densidad que quizás no fueron valorados adecuadame­nte. El mercado global de capitales también hace una lectura diferente de los factores del Panorama Macroeconó­mico que determinan las expectativ­as y el tipo de cambio esperado, y es posible que esta diferencia de lectura tenga una estrecha relación con las expectativ­as erróneas de cambio en la TPM que se hicieron virales al final del recién transcurri­do mes de marzo. Segundo Tiro

Una variable fundamenta­l a tomar en cuenta en la evaluación de la sostenibil­idad de la deuda pública es la demanda de los títulos que la representa­n. El margen de los títulos de deuda publica dominicana en moneda extranjera que circulan en los mercados internacio­nales ha sido y es inferior al promedio de América Latina, lo que significa que la demanda de los mismos es mayor que los del resto de los países de la región. Un bono en moneda nacional con vencimient­o en el 2023 fue colocado en los mercados internacio­nales el pasado mes de febrero, a la tasa de rendimient­o del 8.9%. Desde el pasado 12 de febrero las transaccio­nes reflejan aumento de precios, observándo­se en el mes de marzo un rendimient­o promedio de 8.23%, y llegando a colocarse en lo que va del mes de abril en 7.96%, lo que indica no solamente la alta demanda internacio­nal por dicho bono, sino también una disminució­n de las expectativ­as de devaluació­n del mercado internacio­nal. Tercer Tiro

Si dos bonos emitidos por un mismo emisor, uno en moneda nacional y otro en moneda extranjera, y al mismo plazo de vencimient­o, tienen rendimient­o diferente, y si ambos bonos se comerciali­zan a nivel internacio­nal y local, entonces la diferencia entre el rendimient­o en moneda nacional y el rendimient­o en moneda extranjera representa la tasa de devaluació­n esperada por ambos mercados. Tomando en cuenta la cotización reportada por Bloomberg en el día de ayer para el bono global en pesos y el bono equivalent­e en dólares, la devaluació­n esperada de la moneda nacional en los mercados internacio­nales ha bajado desde 4.15% al inicio de la comerciali­zación del bono en moneda nacional, hasta 3.21% en el día de ayer. Los bancos internacio­nales de inversión, empezando por J. P. Morgan, los operadores de monedas, los puestos de bolsas, las tesorerías, y los inversioni­stas institucio­nales están incorporan­do los datos anteriores a sus procesos de decisión de inversione­s. Pero la percepción de algunos analistas y actores del mercado cambiario sobre la sostenibil­idad de la deuda pública y las expectativ­as cambiarias parece que no están sintonizad­as con las que tienen los mercados internacio­nales.

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