El reto está sobre el SNS
En tanto el Presidente Danilo Medina continúa inaugurando centros de salud para dejar constancia de que cumple sus promesas, el Ministerio de Salud se reúne con sus pares regionales para discurrir sobre enfermedades emergentes y re emergentes cuando se teme el ingreso de la Difteria al territorio, dada su presencia en Haití, contra la cual se dispuso la vacunación de infantes.
De otro lado, el Servicio Nacional de Salud (SNS) dice que nombrará más médicos en el recién remodelado hospital Francisco Moscoso Puello, el diario HOY señala la urgencia de las Unidades de Atención Primaria y de la prevención en salud y la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales imparte un curso a personal y médicos de clínicas privadas intentando evitar con ello los desconcertantes y frecuentes “rebotes” de pacientes.
La frase “salud es más que hospitales”, adquiere renovado valor en estos días. Fue pronunciada desde la autoridad sanitaria. Cuando se proclamó, se deseaba poner en relieve lo verdaderamente urgente en un sistema de salud y de seguridad social.
Que desde inicio del 2018 al 31 de marzo (boletín #13, el más reciente publicado por las autoridades) la mortalidad por dengue cayera a cero, corona esa frase al indicar claramente que se logró con los hospitales intervenidos, trabajando en condiciones precarias. Observamos, claro está, cómo incide en eso el desarrollo de anticuerpos contra el virus, tornando a la gente más fuerte y resistente ante él y sus embates. Lo natural es que se venga por mucho más calidad y disponibilidad en la salud.
Ante la observación de algunos de que el recién inaugurado hospital Francisco Moscoso Puello tras anteayer lunes lucía sucio y los servicios generales descoordinados, la frase de la ministra de salud vuelve a adquirir relevancia, al resaltar la importancia cardinal de la gestión hospitalaria. Salud es más que hospitales. Llegado es el momento de demostrarlo ya que las plantas físicas —construidas o remodeladas—han empezado a ser entregadas debidamente equipadas.
El debate se centra en: Muy bien por Danilo Medina. Lo celebramos. Y ahora, ¿qué?
La pregunta rueda hasta llegar a las puertas del Servicio Nacional de Salud (SNS), cuyo director es de reciente nombramiento. Es la entidad responsable de la gestión hospitalaria.
Toda la responsabilidad recae sobre ella, incluyendo un amplio cambio de cultura, lo más difícil de lograr porque, aparte de hábitos, preferencias y costumbres, incluye conveniencias, algo previsibles en los humanos como una fuerza instintiva de supervivencia: egoísmo metódico.
Las imágenes de un “hospital de bote en bote” difundidas por los medios como evidencia que corrobora y justifica la inversión pública en el centro asistencial tiene implicaciones que pueden ir más allá de lo esperado. En primer plano hace temer una profunda descoordinación gobierno/salud, como si se tratara de dos agendas diferentes.
Lo explicamos.
¿Cómo un centro de salud puede ser entregado a las autoridades de salud y estas no poseer un plan para su inmediata puesta en pleno e idóneo funcionamiento?
¿Cómo es que, pese a conocerse la agenda de entrega de hospitales y dadas las buenas relaciones con la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) existentes entre las autoridades de salud y hasta del Colegio Médico Dominicano (CMD), no hayan sido nombrados los médicos y enfermeras necesarios para que estas instalaciones entren en pleno e idóneo funcionamiento?
El mito griego de Prometeo trata de la previsibilidad, aunque lo envuelva la teoría de los ciclos.
Ya que el Presidente continuará inaugurando hospitales (después del Francisco Moscoso Puello ha entregado dos), procede “ponerse las pilas” para que esas estructuras no puedan ser percibidas como elefantes blancos, quedando inoperantes como se ha denunciado que han quedado algunas.
Sobre el Servicio Nacional de Salud recae ahora —progresivamente y con mayor intensidad— la responsabilidad por la calidad y disponibilidad de los servicios y atenciones en los centros de salud de la red pública que el Presidente de la República entregó e irá entregando en lo inmediato.
En este aspecto, la gobernabilidad sectorial resultará fortalecida cuando la gente compruebe la existencia —“por sus frutos los conoceréis”— de una voluntad política inequívoca a favor de la eficiencia y mejoría en ellos. Lo imperioso es impedir lo condicionado por la tradición: grandiosos hospitales sin gestión comprometida, científica y humanitaria. Salud es más que hospitales.
Llegado es, pues, el momento de hacer realidad aquello por lo que se ha desgañotado la ministra de salud: calidad y humanismo en los servicios y las atenciones.
Previsibilidad es observar que el efecto de las inauguraciones y las entregas es breve. Lo perdurable y en alud: la impresión sobre la atención recibida. Lo que puede dañar es que la gente encuentre vías, motivos o razones para asociar inauguraciones y remodelaciones de hospitales con los motivos por los que en la cultura política nacional estas obras se asumieron y fueron ejecutadas.
La satisfacción de una necesidad crea otra necesidad y entregados los hospitales todo parece englobarse en la frase Salud es más que hospitales.
De modo que llegó el turno a la gerencia científica y de calidad en los servicios de salud de la red pública. Un tema sobre el cual el Servicio Nacional de Salud es la entidad responsable.