Un futuro gris a la vista
Las amenazas entre Washington y Moscú han utilizado un lenguaje altisonante en estos días... y nada más. Y ojalá no deje de ser una confrontación verbal. El hecho de que Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, informaran que están dispuestos a lanzar un ataque militar contra Siria, en contraposición con Rusia y China, puede plantear que desde el momento en que se lance el primer misil prometido... nadie sabe cuál será el destino de los países involucrados directamente ni las consecuencias finales.
Hoy no es 7 de diciembre de 1941, fecha en que los nipones destruyeron la flota estadounidense en Pearl Harbor. Se ha avanzado mucho en varios aspectos. El desarrollo de la tecnología y la posesión de armamentos nucleares no forma parte de unos cuantos países y, de hecho, se desconoce cuáles otras naciones poseen sofisticadas armas de destrucción masiva. El hecho mismo de que el desarrollo de la tecnología se encuentre tan avanzado, no permite creer “a ciencia cierta” que determinado país dice la verdad o tiene la razón. La guerra no solo se gana en el terreno, sino también en la prensa... y con el también desarrollo de las “fake news”, analizar en blanco y negro los hechos amerita un trabajo mental mucho más profundo. El conflicto sirio ya lleva siete años y Bashar al Assad no da muestras de debilidad, ni de estar perdiendo la guerra. Claro, con un socio tan involucrado como Rusia, el tiempo parece eterno.
Los enfrentamientos que en principio eran entre el gobierno de Damasco y sus opositores locales, en marzo de 2011, ya han alcanzados otras latitudes. Ahora la guerra se encuentra entre Washington, Londres y París, y Moscú y Pekín, y podría afectar a todos los países en Oriente Medio.
¿Quién, en verdad, lanzó el supuesto ataque con armas químicas contra Duma, en Guta Oriental, uno de los bastiones anti-Assad, en el que murieron alrededor de 48 personas? ¿El gobierno sirio en la lucha contra sus enemigos o aquellos interesados en justificar una invasión armada?
Las preguntas aún están sin respuestas.