¡Una ley natimuerta!
No hallo explicación al rechazo casi colectivo del partidismo tradicional a la ley de partidos políticos que establece primarias abiertas y simultáneas con el padrón de la Junta Central Electoral, un procedimiento transparente y funcional que ha consolidado la democracia en aquellos países donde se ha puesto en vigor. Bastaría observar que la principal objeción a esa iniciativa la ha llevado el ex presidente Leonel Fernández sobre la base de que es inconstitucional a partir de un precedente de hace varios años de la Suprema Corte actuando como tribunal de garantías constitucionales. El resto de los argumentos tiene que ver con los intereses particulares que se le atribuyen al Presidente Danilo Medina. La ley fue aprobada anteanoche en primera lectura por el Senado con la protesta de ocho senadores, seis peledeistas seguidores de Fernández, y dos del Partido Revolucionario Moderno. Los ocho abandonaron el hemiciclo senatorial antes de ser sancionada la pieza. Es la primera vez que un grupo de legisladores del PLD abandona el hemiciclo en desacuerdo con iniciativas de su propio partido. O sea, nunca antes el PLD había dado muestras de división tan profunda sobre un tema que previamente había sido tratado por su Comité Político que dejó esa decisión en manos de sus bancadas congresionales. El proyecto deberá ser conocido en una segunda lectura por el Senado, cosa que ocurrirá la semana próxima, según anunció el secretario general peledeista, Reinaldo Pared, que además es presidente del Senado. De allí bajará a la Cámara de Diputados, donde pudiera hallar dificultad para su aprobación y ser convertido en ley. Con el voto de los diputados peledeístas dividido, más los del PRM que se oponen a la ley, y de otros agrupamientos que rechazan también la iniciativa, es casi imposible que la ley de partidos políticos sea aprobada en los términos en que la sancionó el Senado anteanoche…
… Empezando porque difícilmente el presidente de la Cámara, Rubén Maldonado -seguidor furibundo de Leonel Fernández-, la coloque en agenda.
… Una estrategia estudiada
El oficialismo, que es mayoritario en ambas cámaras, está actuando con notable inteligencia en esta jugada política de altos vuelos. Difícilmente el Presidente Medina ignore los pasos que darán en lo adelante quienes le confrontan tanto adentro como afuera de su partido el PLD. Está claro que el presidente de la Cámara de Diputados obviará poner el proyecto en agenda una vez lo reciba aprobado en dos lecturas por el Senado. Y aunque existen mecanismos constitucionales que obligarían colocarlo en agenda aun contra la voluntad de Maldonado, también existen fórmulas constitucionales para evitar su aprobación y conversión en ley. El mayor riesgo de esta jugada extrema es que la situación interna del PLD se salga del control de sus protagonistas y la crisis aflore de manera irreversible en el partido gobernante provocando un cisma que le cueste el poder. La ortodoxia partidaria, sin embargo, confía en que el liderazgo mayor --o sea Danilo y Leonel--, se pondrán de acuerdo para hallar una fórmula intermedia que evite la profundización de la crisis…
… Pero a la luz del giro que han tomado los acontecimientos, parecería que ese acercamiento entre Danilo y Leonel no se ve muy cerca.
¿… Quién quiere la ley?
Hay sobrada hipocresía -ya casi ni siquiera disimulada-, con la nueva ley de partidos políticos. La verdad es que nadie quiere esa ley, ni los partidos grandes ni los partidos chiquitos, que no la versión aprobada en el Senado sino ninguna otra. Simplemente porque cualquier ley regulará la función de los partidos, limitará la captación de recursos, pondrá fin al desorden administrativo, regulará la publicidad y acabará con la anarquía que ha sido norma en el funcionamiento partidario desde hace más de medio siglo. ¿Cree alguien que al liderazgo político le interesa cambiar eso? Por eso lo de la aprobación del Senado. ¡Esa ley morirá rodando en el Congreso!