Decálogo para precandidatos demorados
COMO EN EL TANGO.-
Uno se lo ha advertido mil veces, pero ni caso. Se reúne, conversa, lo escuchan, pero nada pasa, como en el tango de Basterra, “nada, nada más que tristeza y quietud. Nadie que me diga si vives aun...”, y todo porque quien sigue vivo y exitoso es el PLD, pero ya no como el partido del que hablan sus folletitos de círculo de estudio, sino como eficiente maquinaria electoral, y es que, como en el citado tango, “nada queda ya de la casa natal, solo telarañas que teje el yuyal”. Uno insiste en pasar por Palacio, va a una charla a Funglode y se queda un rato para advertir la advertencia: O el PLD se reinventa, se abraza al Informe Attali, aplica la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, modifica la Ley de Seguridad Social (que para eso controla el Congreso y las cortes) o serán las circunstancias las que se inventarán una opción, un candidato sacado de bajo de la chistera de una Embajada, de un programa de TV, de un sindicato de terror y transporte, o de unas grandes fortunas, para sacarlos del poder.
LOS ESCENARIOS HABLAN.-
El escenario político latinoamericano donde, por ejemplo, en Brasil, un grupo de legisladores corruptos sacaron del poder a una presidenta éticamente intachable, y en las bananeras patrias como las de América Central y el Caribe se quitan y deponen presidentes con la facilidad con que uno marca un bolero de José Alfredo en la B-69 de la vellonera; en un escenario así, con un impredecible presidente Trump, y un Departamento de Estado estadounidense en plan Marcel Proust, o sea, “En busca del tiempo perdido”, mientras China no deja de ampliar sus relaciones económicas que, como se sabe, son las que definen todo lo demás; un escenario así, insisto, debería decirles algo a los señores del PLD, comenzando por Medina y Fernández y completando con la Cedeño, que son los tres que, sin llamarse Pedro, saben echar al PLD en el pozo mágico de las victorias electorales, con sus tres frentes donde hay para todos los gustos. Pero pasan los meses, y los aspirantes a la candidatura presidencial morada aún no se deciden a lanzarse y responder la pregunta del millón: ¿Para qué, por qué y amparado en cuáles calidades, desde qué ideología, visión y hoja de servicio aspira usted a ser el candidato presidencial de su partido?
COMUNICACIÓN POLÍTICA PARA BACHILLERES.-
A continuación, este decálogo de consejos para quienes en el PLD se atrevan a dar el paso. Veamos:
1.- Jamás confunda sus opiniones con los hechos.
2.- De ser necesario, “échele un cubo” a la Gallup, pero mande a hacer una encuesta sobre su nivel de aceptación. “No va para ningún lado, quien no sabe donde está”.
3.- Las redes sociales son útiles, pero no bastan. Son necesarias, pero, no son suficientes. Nada como un abrazo y un “cómo está usted, compañero”. 4.- El principal mercado electoral no son las clases medias, aunque por su sonoridad mediática lo parezcan. Báñese de pueblo o el pueblo lo bañará de olvido. 5.- Pelee en un solo frente a la vez. Apunte bien. Y no confunda los toros. 6.- Sea humilde, modere su ego. El fenómeno “Leonel en 1996” fue el fruto de un excepcional momento de nuestra historia política. 7. Aprenda a leer las señales que a través de las encuestas con credibilidad mandan los ciudadanos. Por ejemplo, el tema de la corrupción por primera vez está en el Top Five de los problemas nacionales, y el mayor partido es el Ninguno.
8.- Conecte con la juventud, las mujeres y la “aristocracia del barrio”, y apóyese en unas redes sociales creativas, inteligentes y de respuesta ágil.
9.- Sea digno pero conciliador. Usted no pretende ganar un Reality Show sobre el más deslenguado, sino gobernar el país, y para lograrlo tiene que convencer a los pobres de que, en un gobierno suyo, dejarán de serlo; y a los ricos, justo de lo contrario: que en su gobierno seguirán siéndolo. ¡Vaya vaina!
10.- Finalmente: Evite pelearse con gente que compra papel al por mayor, cámaras de TV por “vaisa”, y aún en agosto viste de sotana. Buena suerte.