Gilberto Reyes
El 10 de diciembre de 1963, el poeta griego Georgios Seferis recibió el Premio Nobel de Literatura, y en esa misma fecha, martes, nació en Santo Domingo uno que en vez de poeta iba a ser pelotero, nos referimos al criollo, que es nativo de Villa Consuelo, un populoso sector de la capital. Se trata del dominicano Gilberto Reyes. Cuando el amigo era ya un mozalbete, medía de tamaño 6 pies y 2 pulgadas, y su peso estaba en las 203 libras. Al jugar el béisbol, el hombre bateaba y tiraba con la mano derecha. En 1980, Gilberto fue descubierto el 15 de junio por el escucha cubano Rafael Ávila y Elvio Jiménez, para los Dodgers de los Ángeles. Ambos técnicos encontraron que el novato reunía unas condiciones muy favorables para tener éxito en el béisbol.
En los primeros tiempos se pensó que el principiante jugaría como tercera base o inicialista, pero fue mudado a la posición de catcher, donde recibió las experiencias del inmortal receptor Roy Campanella y éste le enseñó hasta ser tremenda mascota. La vida de Gilberto en la pelota estuvo salpicada de problemas que le impidieron llegar con éxitos a todos los lugares en que participó, hasta en una ocasión fue engañado por un vendedor de drogas, por lo cual recibió cárcel.
Da pena que un player con tantas cosas a su favor y buenas recomendaciones, no pudo convertirse en una estrella. Los Dodgers tenían mucha esperanza en que el beisbolista cuajaría.
En aquellos años de la década de los 80, cuando se mencionaba su nombre, se daba por seguro que era uno de los mejores prospectos dominicanos.