Oposición frena a Danilo
La experiencia que han obtenido los palaciegos de estas escaramuzas en torno a la Ley de Partidos es para que lleguen a la conclusión de que pueden recoger lo esen- cial que es dejar fuera de negociaciones las primarias abiertas para que puedan tener una legislación que norme a los partidos.
Es respeto a la libertad de asociación puede permitir que los partidos escojan el método que les convenga en cada momento para la selección de propuestas electorales. Todos los sistemas pueden ser usados, pero sin imposiciones. No obstante que Reinaldo Pared Pérez confesó que la comisión especial urdida por la Danilo Medina no tenía carácter deliberativo y el proyecto vuelve a la parada de la Cámara de Diputados, después de ver el empeño desplegado por los reeleccionistas no estoy seguro de que están convencidos de ponerse límites.
Creo que la Ley de Partidos es un proyecto que cuenta con pocos afectos. Esas regulaciones debían ser debatidas después de las presidenciales del 2020. Afinar la mira para que haya consenso hacia lo futuro parece ser lo que se piensa, ya que debido a las divergencias podrían dejarla en la nevera en espera de mejor momento.
Al ver que el mamarracho aprobado por los senadores no lograba pasar en la Cámara de Diputados, Danilo Medina hizo una carta a los legisladores que a mí me pareció un exceso. Dije que era injerencia en lo congresual porque sus diputados podrían ejercer las instrucciones si realmente deseaban una vía de entendimiento, que, naturalmente, presuponía el abandono de las primarias abiertas.
Sin embargo, fue una estratagema para ganar tiempo que además quería poner a los diputados como súbditos de los senadores para que fueran narigoneados por el presidente del Senado. Otro fallo.
El tiempo empleado en las reuniones fue una pérdida. Las partes conocen el intríngulis en torno al proyecto. Sabían que se requieren dos terceras partes de los votos para hacer la Ley de Partidos y que los diputados alineados con el danilismo eran insuficientes para aprobarla. Los de Palacio estaban jugando a la política. Querían ganar tiempo para doblar el brazo a los opositores. Presiones, chantajes, soborno. Hubo de todo.
Algunos diputados creen que en la última reunión de la comisión mixta se entonó el réquiem por la Ley de Partidos, pero si el danilismo deja fluir las fuerzas legales aún podrían ponerse de acuerdo. Pero lo dudo. La reelección todavía late.