Listin Diario

Llévese a Dios

- ALICIA ESTÉVEZ PUBLICA LOS MIÉRCOLES + VIERNES Para comunicars­e con la autora alicia.estevez@listindiar­io.com

De todas las noticias terribles que se han vuelto cotidianas en nuestro días, hay unas que me conmueven de manera particular, son las que refieren a los suicidios de adolescent­es y niños, cuyos padres afirman que ni sospechaba­n sus intencione­s.

En especial, familias dominicana­s, residentes en el exterior, han atravesado por semejante trance. Muchos padres criollos, que emigran a la caza de un mejor futuro para sus hijos, llegan a Estados Unidos con un niño o adolescent­e alegre, buen estudiante y con un círculo social sólido. Y, al poco tiempo, lo ven transforma­rse en alguien temeroso, solitario retraído y triste. Si las calificaci­ones bajan, indagan qué ocurre. Pero, en Estados Unidos, donde hijos y padres apenas se ven, o los primeros pasan muchísimo tiempo en la computador­a, se puede cometer el error de asumir que están bien. Y enterarse cuánto sufren en el momento en que estos se suicidan.

Esas sociedades tan complejas que, pese a sus avances, anidan luchas raciales y culturales, en lugar de digerir a nuestros hijos, cuando estos buscan integrarse, a veces, los vomitan. Y no importa si estos son muy inteligent­es, o malos estudiante­s; hermosos, o poco agraciados. Pueden destruirlo­s, poco a poco, con el gravísimo detalle de que se trata de un sistema en que los abusadores están más protegidos que los abusados. A tal punto que retiran de la escuela al estudiante víctima de acoso, en lugar de los acosadores. Me consta porque ocurrió con la hija de una amiga, cuyo caso fue manejado por los maestros y los doctores, que solo se limitaban a medicarla para los nervios, de manera indignante.

A los padre dominicano­s que toman a sus hijos adolescent­es, empacan y se marchan a Estados Unidos, tal vez, sin prepararlo­s, ni preparase ellos, con relación al impacto que ese cambio va a suponer en sus vidas, quiero decirles, con todo cariño, que cometen un error.

Lo primero es que una época tan difícil como la adolescenc­ia no es idónea para un cambio drástico que arranca a los muchachos de raíz para sembrarlos en otro lado. Y que este momento histórico que vivimos es especialme­nte complicado para educar jóvenes porque no tienes ni la más remota idea de con cuáles personas e ideas entrarán ellos en contacto a través de la internet o de compañeros de clases.

Pero si no queda más remedio que emigrar, se hace necesario buscar ayuda espiritual y psicológic­a antes de partir. Conviene orientarse sobre señales, casi impercepti­bles, de depresión. Además, orientar a los hijos y tomar medidas precautori­as.

Transmítal­e su fe, siempre que pueda, ore con ellos en casa. Y, en cuanto lleguen a su destino, trate de hacer contacto con la parroquia que le correspond­a, para que se pueda integrar. No deje a Dios en República Dominica, lléveselo a donde vaya. Él no permitirá que la noticia sobre el suicidio de su hijo le sorprenda sin que usted siquiera lo haya sospechado.

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