Brota violencia xenófoba
La canciller alemana, Angela Merkel, ratificó ayer que el acoso xenófobo “no tiene cabida en un Estado de derecho” como Alemania, en alusión a los disturbios protagonizados por manifestantes ultraderechistas tras la muerte de un ciudadano alemán en Chemnitz (este del país).
“Se cometió un horrible crimen, por el que fueron detenidos sus presuntos responsables”, apuntó la jefa del Gobierno alemán, respecto al detonante de esos incidentes y las sospechas posteriores sobre un sirio y un iraquí como posibles responsables.
Los pensamientos de todos “están con los familiares de esa víctima”, añadió Merkel, al responder una pregunta sobre ese asunto en una conferencia de prensa y se remitió a la condena emitida ya ayer por el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
En Alemania “no puede haber lugar” para la “incitación a la violencia xenófoba”, insistió Merkel, para referirse a continuación a la oferta de su ministro del Interior, Horst Seehofer, de enviar refuerzos policiales a Sajonia, el estado federado de Chemnitz, si las autoridades regionales lo precisan.
En tanto, el jefe del gobierno de Sajonia, Michael Kretschmer, advirtió en una rueda de prensa de que el “Estado sigue teniendo el monopolio del uso de la fuerza” y que semejantes ejemplos de tomarse la justicia por su mano como los vistos en Chemnitz “no son tolerables” en la sociedad y en un Estado de derecho.
Lo ocurrido en Chemnitz, agregó, muestra cuán necesaria es la lucha contra el extremismo, que calificó de “causa común” que requiere del amplio apoyo de la sociedad. Señaló que el hecho de que los principales sospechosos de la muerte de un hombre de 35 años en Chemnitz durante una fiesta popular.