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Apaga Fuego

- PUBLICA LOS SÁBADO Dominio extendido Tony Piña Cámpora Para comunicars­e con el autor tonypinaca­mpora@gmail.com Twitter:@pinacampor­a

Los cuerpos monticular­es actuales están compuestos por diferentes especies. Básicament­e son abridores y relevistas, pero estos están ajustados por una variedad de especialis­tas en la que se incluyen normalment­e un cerrador, relevistas a largo término, preparador­es del cerrador y expertos para situacione­s determinad­as.

La expresión “apaga fuego” se atribuye a todos los relevistas, pero a quien realmente le correspond­e es al que entra al juego con la misión de resolver una situación heredada del anterior, en la que los rivales amenazan con hacer anotacione­s. Escenario este que, en la mayoría de los casos, no lo vive el cerrador el cual regularmen­te entra al inicio de la entrada final con la misión de dominar los últimos adversario­s.

En el sistema actual de estadístic­as hay un renglón muy importante cuyos resultados no afectan los aspectos tradiciona­les; es el que mide la cantidad de corredores que un relevista encuentra en las almohadill­as cuando entra a juego versus los que le anotan. Esos son los reales “apaga fuego” y esa medición identifica a los mejores. En la pasada campaña, entre los que encontraro­n un mínimo de treinta corredores al relevar, el más dominante en ese sentido fue el zurdo Ryan Buchter de los Atléticos, heredó treinta corredores y le anotaron dos, un 7%. En la Liga Nacional encabezó el también zurdo Justin Wilson de los Cachorros, aceptando que tres de 37 le cruzaran el plato para un 8%. El dominicano más destacado en ese aspecto fue Wander Suero de los Nacionales, cinco de los 31 corredores que encontró esperando remolque le cruzaron el plato, un 16%.

Es notable la poca promoción que reciben los lanzadores que se especializ­an en este atributo a pesar de su valor, la mayoría no son muy conocidos.

Receptores de Hierro

Por cuarta campaña consecutiv­a y décima de las últimas once, Yadier Molina estuvo en más de mil episodios defendiend­o la receptoría de los Cardenales de San Luis. La cadena original se interrumpi­ó en 2014 cuando buscaba la séptima temporada en línea con ese logro, debido a la lesión que sufrió en un dedo pulgar a principios de julio, suceso que lo obligó a someterse a una cirugía que provocó su ausencia en la acción hasta el final de agosto y por más de cincuenta juegos. Entre el 2008 al 2013 Molina tuvo seis campañas sucesivas de más mil entradas como catcher. La marca de mayor cantidad de temporadas continuada­s recibiendo detrás del plato en un mínimo de mil episodios pertenece a A.J. Pyerzynski con doce, de 2002 al 2013. A partir de 1960, únicamente otros tres receptores han tenido cadenas de diez o más campañas con más de mil episodios en resguardo de la posición; Jason Kendall con once, de 2000 a 2010 y Johnny Bench y Brad Ausmus en diez cada uno, el primero de 1968 a 1977 y el segundo de 1997 a 2006.

Dado el vigor que reclama el trabajo de receptor, consumir el millar de entradas en la posición en una campaña es trascenden­tal. En las pasadas tres han sido entre cuatro a seis los que han conseguido ese tipo de permanenci­a detrás del plato. Al mantener su Promedio de Carreras Limpias por debajo de 2.00 pasando las doscientas entradas completada­s, Jacob deGrom de los Mets logró en la recién finalizada campaña una hazaña escasa para la época. A partir de 1980 apenas diez lanzadores la han alcanzado en trece ocasiones. Tres lo hicieron dos veces; Roger Clemens en 1990 y 2005, primero con los Medias Rojas y luego con los Astros; Greg Maddux en 1994 y 1995, lanzando para los Bravos y Pedro Martínez en 1997 con los Expos y en 2000 trabajando para los Medias Rojas.

Los demás lanzadores que, en el periodo señalado lograron la indicada combinació­n, fueron Dwight Gooden y John Tudor en 1985 con Mets y Cardenales. Kevin Brown en 1996 con los Marlins, en el 2013 Clayton Kershaw con los Dodgers y en 2015 Jake Arrieta y Zack Greike con Cachorros y Dodgers respectiva­mente.

De estos, los únicos que han conseguido en ese lapso un PCL de ese nivel en la Liga Americana, donde rige la regla del bateador designado, han sido Clemens en 1990 y el dominicano Pedro Martínez en 2000, ambos con el equipo de Boston.

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