Listin Diario

EL RETRATO DE DORIAN GRAY

- Rienzi Pared Pérez Santo Domingo

La genialidad de un escritor que nace en el siglo XIX y muere a temprana edad en los albores del comienzo del siglo XX, es digna de análisis; ya que en poco tiempo de su vida, pudo dejar una estela de grandes produccion­es literarias. Nos estamos refiriendo a Oscar Wilde quien era un poeta y dramaturgo inglés donde muchas de sus obras fueron adaptadas desde la literatura al séptimo arte.

El afamado director Ernst Lubitsch adapta su obra “El abanico de Lady Windermare” en el 1925. Jules Dassin adapta la obra “Cantervill­e” en el 1944. Alexander Korda lleva al cine la obra “Un marido ideal”, en 1947. Otro director famoso como Otto Preminger adapta de nuevo la obra que Lubitsch había realizado en el 1925; pero esta vez en la era del cine sonoro, en el año 1949. Anthony Asquith adapta “La importanci­a de llamarse Ernesto”, en el año 1952.

Sin embargo, de todas las que he mencionado, existe una que ha sido tema de debate por grandes eruditos por su temática vinculada al narcisismo extremo. Nos estamos refiriendo a: “El retrato de Dorian Gray” (1945) dirigida por Arthur Lewin y producida por la Metro Goldwyn Mayer.

Dorian Gray es un hombre rico, joven e inteligent­e, con una belleza masculina sin igual, pero fácilmente manipulabl­e. Esta debilidad le llevará a lo más profundo de su miseria espiritual.

Dorian está posando para un retrato que le está haciendo su amigo Basil Hallward (Lowell Gilmore) y ahí conoce a Henry Wotton (George Sanders) quien le manifiesta que la vida hay que vivirla dedicada al placer. Es decir, le propone llevar un estilo de vida hedonista.

Dorian se deja llevar por este pensamient­o, y frente a una estatua egipcia, afirma en su deseo interno, el de permanecer hermoso y joven, y que a su vez, sea el retrato de él que envejezca y cargue con todos los males. El deseo se cumple.

Mientras tanto, Dorian conoce a Sibyl (Ángela Lansbury) y comienza un romance con ella y en unas semanas se encuentran comprometi­dos. Pero Dorian se deja influencia­r de nuevo por Henry Wotton, quien le dice que piense solamente en él y que viva del placer y de su vida. Es por ello, que Dorian rompe su relación con Sybil y esta última se quita la vida. A partir de aquí, ya no existe vuelta atrás y a Dorian no le importará la vida ajena porque solamente se centrará en su “yo” como eje central del universo.

En la medida que el protagonis­ta permanece hermoso y joven, su retrato va adquiriend­o un estilo diabólico por el rebote de todos sus pecados y lujurias desenfrena­das. Esta fealdad se refleja en la figura del cuadro que había sido pintado al óleo.

Dorian Gray como todo buen narcisista, posee esa sed inagotable de adulación que lo lleva a ser incapaz de reflexiona­r y valorar la realidad.

Este individuo vive más preocupado por su actuación y el efecto teatral. Solo existe para él un reconocimi­ento por sus acciones, por lo que no se da cuenta ni le importa el daño que ocasiona a todos a su alrededor.

Es una obnubilaci­ón que posee por esta visión de grandiosid­ad de sí mismo. Es por ello, que notamos en el protagonis­ta la manipulaci­ón de sus acciones para conseguir sus objetivos. Carece, además, de empatía porque no se identifica con los sentimient­os ajenos; pero sobre todo, esa obsesiva grandeza cuando no la recibe de los demás, puede llegar a manifestar­se en ira o agresivida­d, trayendo consecuenc­ias con todo lo que le rodea.

Esta película que fue estrenada en el año 1945, posee un buen uso de la profundida­d de campo en sus planos para poder definir y captar todo el entramado que se nos presenta en la pantalla. Además, se utiliza un buen uso de la iluminació­n; ya que la película va mostrando una aureola misteriosa que conlleva a pocos usos de las luces para darle ese toque oscuro, como el alma de Dorian.

“El retrato de Dorian Gray” es una fiel analogía del narcisismo individual en sus diferentes vertientes. El gran maestro y amigo nuestro, Don Leonte Brea, quien es un especialis­ta de la conducta humana, nos había manifestad­o ante un grupo de amigos, que todo hombre es de por sí narcisista. La diferencia sería el nivel de grado para que no llegue a lo patológico. Sin embargo, en esta obra, dicha patología se manifiesta de manera severa del Súper Yo, conllevand­o a una manipulaci­ón de todo el que le rodea con miras a su grandiosid­ad.

Muy buena película sobre una de las obras literarias más leídas todos los tiempos que trata el comportami­ento de la conducta humana, aspecto muy complejo y difícil de entender.

 ?? ARCHIVO/LISTÍN DIARIO ??
ARCHIVO/LISTÍN DIARIO
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic