Poderes del Estado

Quiero tomar una expresión del profeta Jeremías -en el Antiguo Testamento, capítulo 22, versículo 3-, y trasladarla a los tiempos que vivimos ahora. Poderes del Estado --poder ejecutivo, poder judicial, poder legislativo-- hagan justicia y derecho, libren al oprimido del opresor y no al revés. Poderes del Estado, han recibido ese poder porque es un poder, cualquiera de estos tres a los que nos hemos referido, para liberar al oprimido, al que sufre de abusos, y no al revés.

Qué doloroso es cuando uno de estos poderes se usa para liberar al opresor, para dejarlo sin las cadenas que merece llevar, y al contrario pone las cadenas al que es oprimido.

Esa frase de Jeremías parece de ayer y algunos dirán, es una frase bíblica. Es una frase eminentemente humana, independientemente de la Biblia. Es una frase eminentemente histórica, que clama la vida, y entonces cuando los poderes del Estado -sepámoslo nosotros hoy, mañana y siempre-, no hacen lo que tienen que hacer, los hombres y mujeres que están allí… la vida les cobrará lo que dejaron de hacer.

Poderes del Estado: poder ejecutivo, judicial y legislativo, hagan justicia y derecho, libren al oprimido del opresor y no al revés. Son palabras de la Biblia y palabras de la historia. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.