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Con música y el libreto originales en toda su extensión, el actor, director y dramaturgo Antonio Melenciano anunció la puesta en escena de su montaje “Tingó, el musical” que dará nueva vida en escena a las luchas y logros de la recordada líder campesina Mamá Tingó.
Luego de años de investigación y dedicado al proceso creativo del montaje, Melenciano, ganador del Soberano a Mejor Obra Teatral con “Ana Frank, El Diario” decide embarcarse en este musical, en el que agrupa experimentados artistas del teatro dominicano y grandes promesas del teatro musical.
Las funciones del musical, protagonizado por la primerísima actriz Lidia Ariza, serán los días 22, 23, 24 y 25 de este mes de noviembre en el Palacio de Bellas Artes. Participan en roles estelares Jackson Delgado, Esther Tejeda, Pura Tayson,Omar Ramírez y Wilson Ureña.
Además Sheila Amaro, Rayser Campusano, Sandy Pujols, Ana Javier Made, Juan Francisco Fermín, Emmanuel Pérez, Cristobalina Morel, Yeremy Caro, Steeven Marcel, Susanna González, Marianny Oller y Anthony Castillo. La coreografía es de Yesselenny Marte, la asistencia de dirección y producción Soribel Medina, iluminación de Ernesto López, producción Musical de Cristino Martinez (JC), la regiduría por Bill Gil, mientras que la dirección gráfica es de Miguel Brown y la dirección de fotografía y video de Brian Rodríguez.
La idea de realizar un musical por primera vez inspirado en la vida de Mamá tingó se le ocurre a su creador por su interés en resaltar nuestros valores, nuestra mujer y visibilizar las historias que nos pertenecen y convertirlas en un discurso escénico que pueda ser disfrutado por todas las generaciones.
Todo el musical es totalmente original, el libro y su partitura musical, con canciones hechas para la puesta en escena. Con este trabajo, Melenciano sigue apostando a realizar aportes a favor de la identidad del musical totalmente dominicano.
Florinda Soriano, popularmente conocida como Mamá Tingó, fue asesinada el 1ro. de noviembre 1974 en Gualey, Hato Viejo, Yamasá, en República Dominicana.
Se convirtió en un símbolo de la lucha por la tierra y un ejemplo de la mujer rural en la defensa de los derechos del campesinado en toda América Latina y el Caribe.