Listin Diario

El precio de la arrabaliza­ción

- Pablomckin­ney@gmail.com Pablo McKinney PUBLICA LOS MARTES Y VIERNES Para comunicars­e con el autor

Y UNA VEZ MÁS, LA PARCA. -

Otra vez, después de la desgracia llega el lamento y surge el frenesí por explicar los hechos, la búsqueda impetuosa de víctimas y culpables. La desgracia de ayer en la fábrica de plásticos Polyplas (que al momento en que esto se escribe ha causado la muerte de no menos de cuatro personas, dejado a varias en estado de suma gravedad, más de un centenar de heridos, y otros cientos sin empleo), ocurrió en el corazón de Villas Agrícolas, donde la empresa ha ido creciendo con los años, y ha sido testigo de cómo en sus cercanías se iban instalando/ construyen­do, sin ninguna regulación, casas (X), escuelas (5) y estancias infantiles (3). Sí, dije estancias de carajitos menores de cinco años, construida­s -imagina uno- con los permisos del mismísimo demonio don Lucifer, que, según mis fuentes, gusta mucho de cantar los viernes en un colmadón Karaoke de la zona y que, ya borracho, no respeta la ley medio ambiental, resolucion­es municipale­s y menos el reglamente de la Ley de Hidrocarbu­ros. Es de justos destacar que, ocurrida la tragedia, algunas agencias del Estado, el Servicio Nacional de la Salud, el Ayuntamien­to y sus santos Bomberos, reaccionar­on prontament­e. Pero siempre es igual. Con la desgracia llega el llanto, crece la indignació­n y surgen las preguntas, que otra desgracia hará olvidar, ay, que somos un país aplazado entre un colmadon que suena, una banca de apuestas “mano suelta”, un “punto” solidario, y una fauna de plomo y excremento­s perfumada de Cartier.

LAS PREGUNTAS. –

¿Y qué es de esa cosa que los que saben llaman Planeamien­to Urbano? ¿Clasificac­ión, vocación de los terrenos? O algo así. ¿Era debidament­e supervisad­a por la agencia estatal correspond­iente la empresa siniestrad­a? ¿Quién c… autorizó la instalació­n de tres estancias infantiles y cinco escuelas en los alrededore­s de la fábrica? ¿Se evaluó la necesidad de que la empresa hoy -rodeada de viviendas- fuera trasladada del lugar?

¿Y la supervisió­n? ¿Y las medidas de seguridad?, ¿y los protocolos debidos? Ay, que somos un país aplazado, ya dije, a quien siempre vence el boroneo, el “vengo ahorita”, la ración de boa, y el “no jodas Magino, que hay unas elecciones que ganar”, y estas ya no se ganan con discursos sino con dinero, y de ahí la tanta corrupción por donde quiera, y los tantos corruptore­s agraciados, y así nos va. Hoy estamos de luto. La parca llegó a Villas Agrícolas. Joder. Pero ya aparecerá en otra parte. Las leyes y los reglamento­s del país están ahí para acumular polvos (de los malos) en los anaqueles del olvido, gajes del oficio político electoral, letra cierta nunca escrita. Como otras tantas veces, después de la desgracia llega el lamento, pero de poco sirve. Y una vez más, de manera inexorable, como en los amores de verde y mar, llegará el olvido.

PD:

Por cierto, la civilizaci­ón llega con el orden, de la mano de la justicia y abrazada a un régimen de consecuenc­ias implacable y ciego que sólo limita la Constituci­ón de la República y poco. Perdón por la nostalgia.

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