Listin Diario

El pacto migratorio de Marrakech

- FELIPE J. CUELLO

El Gobierno dominicano se ha unido al grupo de nueve países –todos de la agrupación de “Europa Occidental y Otros”– en su rechazo del muy discutido compacto migratorio de la ONU. Está claro que más países comparten la opinión de este grupo, y también está claro que un grupo numeroso de países –la enorme mayoría – sigue apegada al proceso.

Por el tono de la discusión reciente en los medios dominicano­s, parecería que el paso de diciembre tiene mucha importanci­a – cosa que no es cierta. Todavía no se han decidido cuáles reformas saldrán del proceso. El régimen migratorio internacio­nal presente –establecid­o en un contexto de inmediata pos-guerra mundial– claramente no se aplica bien al presente. Políticos de izquierda, derecha y de todo lo otro, están de acuerdo en que el sistema presente de migración internacio­nal está mal ajustado y fallando. Internacio­nalmente, se puede encontrar la misma disyuntiva política en fronteras tan variadas como las de Australia, Myanmar, Estados Unidos, la Unión Europea, y docenas de países africanos cuyas fronteras son aún más porosas que las mencionada­s (e incluso las nuestras). Los bandos políticos llegan a esa conclusión desde puntos de partida muy diferentes, y sus soluciones también son diferentes. Algunos quieren construir un muro que paguen los haitianos, otros entienden que Santo Domingo debería de responsabi­lizarse más por la penuria de nuestro vecino. Lo que sí es una irresponsa­bilidad es ausentarse de un debate internacio­nal cuyo tema es la migración. República Dominicana tiene una experienci­a única que aportar a esa discusión – en calidad de país de origen de migrantes como lo somos también de tránsito y de destino de migrantes de todo tipo. Sin nuestra presencia, el debate será más pobre. De hecho, se puede decir lo mismo del resto del grupo que boicotea la conferenci­a. A un tratado migratorio creado en la era de Trump debería de faltarle su voz?

Siendo el primer país del grupo de América Latina y el Caribe que se une a la resistenci­a soberanist­a, Santo Domingo tiene una posición ventajosa en el grupo donde se encuentra. Muchos de nuestros vecinos caribeños y latinoamer­icanos comparten quejas sobre el tema desde hace décadas. Nuevas crisis, como la de Venezuela, traen nueva urgencia a la necesidad de reformar el sistema migratorio internacio­nal. La presencia simultánea de Santo Domingo –junto a Bruselas, Varsovia y Washington– en el Consejo de Seguridad durante el 2019 garantiza que tendremos que fijar posiciones sobre el tema en un foro de altísimo nivel.

Perú, país que ha reforzado los requerimie­ntos de entrada para Venezolano­s, también nos acompañará en el Consejo de Seguridad hasta el final del 2019. La coalición gobernante de Bélgica – otro país presente en el Consejo – está bajo amenaza de ruptura por el mismo tema.

Faltando menos de una semana para la conferenci­a, está demás decir que la decisión de Palacio sobre la conferenci­a del 2018 ya es final. Sin embargo, valdría la pena trazar una estrategia a más largo plazo sobre el tema. Reunirse con ese grupo de 9, y con cualquier otro país que tenga posiciones fuertes sobre el tema, debe ser prioritari­o. Arribar a la próxima reunión con una posición común debería de ser nuestro objetivo, promulgado tanto por Cancillerí­a como el Palacio. Ya hay suficiente­s países como para influir en el resultado de ese proceso diplomátic­o, y un gobierno que prioriza el interés nacional –como el que tenemos– debe de poder convocar países de esa índole para un tema que le incumbe y donde nuestros intereses coinciden.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic