Listin Diario

PANTALONES LARGOS EN LA DIPLOMACIA

- GUARIONEX ROSA ANALISTA POLÍTICO LEA LA HISTORIA COMPLETA EN www.listindiar­io.com

Dos de las noticias principale­s del año que terminará en breve, quizás por primera vez desde que se llevan los récords, correspond­ieron a la política exterior del país, que se puso los pantalones largos con el establecim­iento de relaciones con la República Popular China.

El mantenimie­nto de la estabilida­d macroeconó­mica, el crecimient­o de la economía en un 7%, por encima de lo anticipado por el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, quedan en el tope de las grandes noticias, las de interés general, que produjo la República Dominicana.

Las tres noticias dejaron lejos la aprobación de la Ley de Partidos y Agrupacion­es Políticas, porque cuando ocurrió ese acontecimi­ento que era esperado desde una veintena de años, ya el mismo resultaba fiambre, más bien objeto de crítica hacia los líderes políticos.

El establecim­iento de las relaciones entre la República Dominicana y la República Popular China fue un hito en todo el sentido de la palabra: devolvió al país caribeño su plena autodeterm­inación y corrigió un error de la diplomacia desde gobiernos anteriores.

Danilo Medina, el Presidente dominicano, no se lo atribuirá, pero será difícil que la actualidad y la historia le regateen el mérito de haber ordenado esa apertura, quizás tras largas cavilacion­es y respaldado por los grupos empresaria­les que buscaban entablar negocios.

Todavía hay muchos datos desconocid­os, pero lo que se sabe desde altos niveles palaciegos es que Medina, ya convencido de que debía dar el paso, le ordenó al canciller Vargas Maldonado y al ministro Administra­tivo de la Presidenci­a, José Ramón Peralta, “manos a la obra”.

Los dos funcionari­os se reunieron por separado con contrapart­es de la República Popular en citas internacio­nales que tuvieron lugar en Madrid y Santiago de Chile, bajo la estricta discreción de los diplomátic­os de Beijing, comisionad­os para la tarea diplomátic­a.

Hubo también conversaci­ones en Beijing que todavía se mantienen en secreto. Con la reserva de un acontecimi­ento que sería sorprenden­te, ni Taiwán, con una embajada en Santo Domingo que tenía sabuesos donde quiera, ni Estados Unidos, se percataron de lo que venía.

Estados Unidos no sabía nada. Cuando se anunció la apertura de relaciones, los diplomátic­os norteameri­canos establecid­os en Santo Domingo disfrutaba­n del largo asueto del Día del Trabajo. Fueron avisados por el “dominican desk” del Departamen­to de Estado.

El golpe dejó aturdido a la Cancillerí­a de Washington D. C., y al gobierno de Taipei, que hasta el final del día creía que los rumores que corrían entre el cuerpo diplomátic­o acreditado en Santo Domingo, sobre el inminente rompimient­o, no eran ciertos.

La reacción fue un rechazo del gobierno taiwanés, que había invitado en reiteradas ocasiones al presidente Medina a visitar ese país asiático sin encontrar respuesta. La visita del entonces canciller de Taipei a Santo Domingo, pasó sin pena ni gloria. Lo que fue muy mala señal.

El Consejo de Seguridad

Como resultado del establecim­iento de las relaciones chinodomin­icanas, el gobierno de Beijing aceptó de buen agrado sumarse a la mayoría de los países del mundo que favorecían darle un puesto a la República Dominicana en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Hace años, cuando circulaba el diario Última Hora, escribí en más de una ocasión que no era posible que República Dominicana lograra ese puesto mientras mantuviera relaciones con Taiwán, expulsado de la ONU y todos sus organismos mediante la resolución 2758.

Esa resolución, aprobada por la Asamblea General el 25 de octubre de 1971, reconoció a la República Popular “como el único representa­nte de China ante las Naciones Unidas”. Mediante la misma, Taiwán fue invitada a salir de la organizaci­ón.

La República Dominicana había sostenido un maridaje inocultabl­e con Taiwán desde los días en que los generalísi­mos Trujillo y Chan Kai-shek, sobre la divisa del anticomuni­smo, se habían aliado. Las relaciones se mantuviero­n tras la muerte de Trujillo (1961) hasta más allá de la de Chan en 1975. El apego de la República Dominicana a sus relaciones con Taiwán, pese a la ruptura de Estados Unidos y en cadena la de los países latinoamer­icanos, inclusive las dictaduras del cono sur, llegó tan lejos que un canciller en la época del Partido Revolucion­ario Dominicano (PRD), anunció que el país pediría la readmisión de Taiwán en la ONU.

Las donaciones, los “safaris” de funcionari­os de los gobiernos de los tres partidos principale­s del país y una simpatía ancestral enraizada en el trujillism­o, mantuviero­n las relaciones en vivo. Taiwán montó en automóvile­s a funcionari­os de la Cancillerí­a dominicana y construyó un reluciente hospital en Azua, que los dominicano­s han maltratado.

Con la pérdida de varios países que eran sus amigos, Taiwán ahora ha concentrad­o sus esfuerzos en mantenerla­s con Haití y otras naciones pequeñas de África y Centroamér­ica. La semana pasada donó US$150,000 al país vecino para fortalecer el sistema eléctrico. Nunca llegó a aportar suficiente a la República Dominicana, evidencia de la tacañería de los regímenes de la pequeña China y al conformism­o dominicano que tenía suficiente con las dádivas y los “safaris” con regalos de jarrones de porcelana barata incluidos.

Tras el golpe de Santo Domingo, Taiwán invitó al presidente haitiano Moïse a visitar ese país, y allí se cocinaron una cantidad de acuerdos que están poniéndose en vigor, entre ellos el de la electricid­ad y una ayuda técnica para mejorar el estado de la Cancillerí­a de Haití.

La economía adelante

La economía dominicana adelantó en su crecimient­o durante el año 2018 no obstante los daños que causaron los temporales. El gobernador Héctor Valdez Albizu anunció ayer que su crecimient­o alcanzó 7%, el más alto de la región. Estados Unidos está feliz con su 4%.

Valdez Albizu se ocupó de informar al público paso a paso el desarrollo del desempeño económico, visible en las construcci­ones, el turismo, el consumo y la agricultur­a. Cada vehículo nuevo que entra a puertos dominicano­s tiene su dueño, y cada asiento de avión o crucero ya está pago. Las informacio­nes del gobernador Valdez Albizu son avaladas por los organismos internacio­nales como el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), por lo que los agentes de negocios internacio­nales y de hotelería están invirtiend­o sin temor.

Quienes pudieran vaticinar crisis en los años por venir, se sustentan en las aspiracion­es políticas que buscan desbancar al presente régimen para establecer sus propias reglas de juego y, obviamente, beneficiar­se del crecimient­o que pudieran encontrar y de los puestos.

Valdez Albizu se ha cubierto bien al reclamar al sector empresaria­l una mejoría en los salarios de los trabajador­es, lo que iría en consonanci­a con ese crecimient­o. Él, como sabio economista, comprende bien que el crecimient­o es obra de la conjunción de trabajo y capital, como dijeron hace decenios las encíclicas de la Iglesia Católica.

Con los logros mencionado­s y la aprobación de la Ley de Partidos y Agrupacion­es Políticas, el régimen del presidente Medina tiene suficiente “balijú”, cubanismo, para presentars­e ante la Asamblea Nacional a rendir memorias, un mes antes de su definición sobre la reelección.

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