Suspenden a 2 oficiales abandonaron a coronel
LOS RESTOS DEL OFICIAL DANIEL RAMOS ÁLVAREZ FUERON SEPULTADOS AYER
(+) Con relación al crimen están detenidos Rafael Antonio Díaz, Estiben Milcíades Ruiz González, y son perseguidos Juan Manuel Mejía Martínez, Julio Ernesto Matos Martínez, y otras cuatro personas.
La Policía Nacional confirmó ayer que los dos oficiales de ese cuerpo de orden público que participaron en un operativo contra puntos de droga en la zona norte de Baní, donde fue asesinado el coronel Daniel Ramos Álvarez, están suspendidos y bajo investigación por haber dejado a su compañero abandonado.
El vocero de la Policía Nacional, coronel Frank Félix Durán, informó que la medida de suspensión afecta al teniente coronel Matías Brazobán y al capitán Marcelino Arias.
Ramos Álvarez, quien fue jefe del Departamento de Policía de Baní y último oficial activo de la primera promoción de cadetes de la Policía Nacional, fue asesinado de dos disparos en el pecho cuando se presentó a un supuesto punto de drogas ubicado en el sector Santa Cruz, a “documentar” actividades ilícitas en el lugar.
Por su parte, el principal sospechoso del crimen, Rafael Antonio Díaz (‘Buche’), a quien la Policía identifica como dueño del punto de drogas y responsable de la muerte del oficial, en la zona donde ocurrió el suceso, se entregó el pasado martes a las autoridades y seguido se declaró inocente del hecho que le imputa la Policía.
Con relación a este crimen, además de Díaz, está detenido Estiben Milcíades Ruiz González, quien fue arrestado en el sector La Ciénega, en Santo Domingo Oeste. Persiguen a un grupo
Mientras tanto, fuerzas policiales persiguen a varios sospechosos de vínculos con el asesinato del coronel, entre estos Juan Manuel Mejía Martínez, Julio Ernesto Matos Martínez, y otros cuatro individuos solo conocidos por sus alias de “El Karateca, “Paco”, “Yei Yei” y Yeyito, del barrio Pueblo Nuevo.
El oficial de Policía residía en el ensanche Alma Rosa II, de Santo Domingo Este.
La tarde del miércoles se presentó al sector Santa Cruz, en la zona norte de la ciudad de Baní, en un operativo cuyo fin era “documentar” los centros de venta de droga. Allí fue asesinado de dos disparos en el pecho. Del crimen es señalado, por el momento, Díaz, alias Buche, el supuesto dueño del punto. Oficial tomaba fotos
Según versiones, Ramos Álvarez se había presentado a otros puntos de drogas a tomar fotos exteriores de los lugares, por lo que al llegar al espacio de “Buche”, ya estaban alertados.
Dirigentes comunitarios de Baní lamentan haber perdido “a una de las personas fundamentales en la lucha contra la delincuencia, ya que este oficial se involucraba en todas las actividades que se realizaban para esos fines”.
Díaz (Buche), el principal sospechoso del asesinato del coronel, fue fichado hace 21 años por primera vez en la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD).
Esa ficha fue el primero de abril de 1997, un año después de ser deportado desde Estados Unidos, tras cumplir 10 años de prisión, luego de ser condenado por una corte de Nueva York. El organismo antinarcóticos tiene cuatro registros a nombre de Antonio Díaz, aparte de la ficha interna por su deportación.
Las fichas que figuran a nombre de Antonio Díaz, son del 1 de abril de 1997, del 2 de abril del 1999, del 3 de diciembre del 2000 y la última del 4 de marzo del 2017.
Contra Díaz pesa una orden de arresto, presuntamente por haber dado muerte a una persona en Baní. El acusado se entregó el pasado martes a las autoridades en el templo de la parroquia Santa Cruz, en Baní. Sepultan restos
Con toques de trompetas, honores, llantos, discursos y manifestaciones de impotencia, fueron sepultados la tarde de ayer los restos del coronel Ramos Álvarez.
El cuerpo del malogrado oficial fue recibido con honores en el Cementerio Puerta del Cielo, donde estuvo presente el director general de la Policía, mayor general Ney Aldrin Bautista Almonte, y otros altos oficiales de los distintos departamentos de la uniformada.
Allí, su esposa, Crony de Ramos, destacó las cualidades humanas que caracterizaron su compañero de vida. Y entre sollozos, la dama describió al oficial como “un hombre ejemplar que amaba a sus semejantes”.
Para despedirlo, le cantó unas estrofas de la canción “Yo te extrañaré”, que interpreta Tercer Cielo, porque, según contó, cuando su esposo pasaba una semana de trabajo y regresaba al hogar los fines de semana, le gustaba sentarse con ella, tomarse una copa de vino y escuchar que le cantara.
Cuando el féretro bajaba al sepulcro, su hija adolescente lloró de forma desconsolada, con este pedido al alto mando policial: “que se haga justicia con la muerte de mi padre, por favor”.