Burlas y mentiras
Hay tres cuestiones fundamentales para la paz, la integridad y pervivencia misma de la nación dominicana, sobre las que las autoridades –desde hace mucho tiempo- solo han estado haciendo cuentos, mintiendo de manera recurrente y alegre al pueblo, pero sin que en la práctica hagan lo que en verdad han debido hacer, con firmeza y responsabilidad, para cortar los males desde la raíz. Nos referimos al necesario y urgente control migratorio en la frontera, a la prohibición definitiva de cultivos agrícolas y acciones depredadoras de dominicanos y ahora de haitianos (¿) en el área protegida de Valle Nuevo, y al supuesto control del tráfico de drogas en el territorio nacional, tornado en toda una piedra de escándalo (como para taparnos la nariz y que no nos sigan tapando el sol con un dedo) con la muerte a tiros de un coronel de la Policía en la ciudad de Baní. En los tres casos, más cuentos e historias no pueden hacerse para “dormir” a los presidentes y garantizar el mantenimiento en los puestos, mientras en la mayoría de las veces las irresponsabilidades, las complicidades o, cuando menos, las connivencias de por medio dan pie al funcionamiento de peajes y de negocios que van desde lo pequeño hasta lo muy jugoso. Hay cosas que, a no ser por lo planteado en las líneas inmediatamente anterior y por la falta de políticas o de seguimiento a las medidas oficiales, han debido estar resueltas ya en el país. A falta de eso, algunos responsables debieron haber caído presos o recibir alguna consecuencia, como escarmiento, y para evitar repeticiones. Se ha dejado la bola correr, muchos han resuelto sus problemas personales y se han ido “buchu” para sus casas, mientras las quemas y la degradación del suplidor natural de agua a millares de familias que es Valle Nuevo son una grave amenaza. Pese a todo aspaviento y cuento permanente sobre “envíos de nuevas trapas”, no es verdad que la frontera con Haití esté “sellada” o “cuidada y bien cuidada”, como se proclama desde el Ministerio de Defensa, puesto que los ilegales del vecino país entran en masa e invaden todos los rincones del territorio nacional, con todos los gastos, riesgos y consecuencias, en distintos órdenes, que eso representa para los dominicanos.
A todo eso, hay que recibir como una gran burla a una realidad que no necesita de espejuelos para ser vista, la declaración irresponsable de que: “Ahora es cuando más control migratorio hemos tenido”(¿). Sobre la invasión y no control con las drogas, se habló con sangre en Baní, aunque la DNCD hizo mutis sobre la acusación grave del senador Wilton Guerrero. Algunos ramos (no el muerto) debían caer.