Víctor Estrella y la carencia de apoyos
Además de ser el mejor tenista dominicano, Víctor Estrella es uno de nuestros atletas más sobresalientes de la historia. Sus éxitos a nivel individual y representando al país en eventos internacionales, así lo demuestran. En Juegos Centroamericanos y del Caribe ha ganado 10 medallas, 5 de ellas de oro, dos de plata y 3 de bronce, además de una presea de bronce en Juegos Panamericanos. En Juegos Centroamericanos y Caribe, logró Plata por equipos, en El Salvador 2002; Bronce en sencillos y Plata en dobles mixtos y en dobles masculinos, en Cartagena 2006; Oro en sencillos, en Mayagüez 2010; Oro en sencillos y Bronce en dobles mixtos, en Veracruz 2014 y Oro en sencillos, en dobles masculinos y por equipos, en Barranquilla 2018. La medalla de Bronce en Juegos Panamericanos la logró en sencillos, en la edición de Guadalajara 2011. A todo eso debemos agregar, que forma parte del equipo nacional de Copa Davis desde 1998, registrando marca de 33-13 en sencillos y 18-18 en dobles, para un récord general de 51-31. Víctor es el jugador dominicano que más partidos ha ganado en la historia de este evento y también el que cuenta con más triunfos en individuales y en dobles. Igualmente es el que más años ha participado (20 en total) y el que más eliminatorias ha disputado (47) en toda la historia de la Copa Davis para su selección. Sólo en 1999 no jugó y fue por causas ajenas a su voluntad. Estrella puso a República Dominicana en el mapa tenístico mundial con sus actuaciones en torneos de Grand Slam y en el tour de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). ¿Quién no recuerda su participación en el Abierto de los Estados Unidos en 2014, cuando, contra todos los pronósticos, a los 34 años, alcanzó la tercera ronda en Flushing Meadows, imponiendo varios récords en el certamen neoyorquino? Su hazaña en este torneo recibió una cobertura mediática extraordinaria y gracias a ello, nuestro país se benefició de una gran promoción a nivel internacional. El 13 de julio de 2015, luego de alcanzar la segunda ronda en Wimbledon, logró su mejor posicionamiento mundial, cuando se situó en el puesto 43. En febrero de ese año, se convirtió en el primer dominicano en ganar un torneo ATP, al coronarse en Quito, tras derrotar en la final al español Feliciano López, número 14 del mundo y defendió exitosamente el título en 2016 y 2017. En la temporada de 2015 consiguió 20 victorias, la mayor cantidad de su carrera en un año, incluyendo un triunfo ante el croata Marin Cilic, clasificado noveno en el mundo, en la segunda ronda de Barcelona. Ese Víctor Estrella, la gran figura del tenis dominicano, el formidable atleta criollo que tantas veces ha puesto en alto el nombre del país, hoy carece del sostén económico para seguir compitiendo sin sobresaltos y lograr su meta de regresar al grupo de los mejores 100 jugadores del planeta. Sólo el programa Creando Sueños Olímpicos (CRESO), a través de la Federación Dominicana de Tenis (FEDOTENIS), apoya a Víctor en el aspecto financiero. Eso, aparte del respaldo que siempre le ha brindado el empresario santiagués Luis José Bonilla, a quien Estrella define como su gran mecenas y la persona que le ha ayudado a través de toda su carrera.
Inexplicable
Es difícil entender que Estrella esté atravesando por esta situación, sobre todo después de un año en que conquistó su tercera medalla de oro individual en unos Juegos Centroamericanos y del Caribe, hazaña inédita en el deporte nacional. A Víctor, que además es un atleta de comportamiento ejemplar, deberían lloverle los patrocinios, pero lamentablemente en nuestro país sólo nos gusta entregar placas de reconocimientos a nuestros héroes deportivos para poder salir en los periódicos, pero nada de apoyarlos. En las próximas semanas, Estrella inicia su participación en la campaña de 2019, jugando torneos Challenger para acumular puntos y ascender en el ranking. Entre sus planes de este año, figura su participación en los Juegos Panamericanos de Lima, donde aspira a lograr medalla. Y como aún no piensa en el retiro, a sus 38 años se plantea representar al país en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020. Lo único que resta es desearle suerte a Víctor y que encuentre las fuerzas para seguir adelante.