Listin Diario

La cuestión de Taiwán es asunto interno de China

- Rlgonzalez­50@gmail.com ZHANG RUN

De 2017 a 2018, Panamá, República Dominicana, El Salvador y países de otros continente­s tomaron las decisiones políticas de romper “relaciones diplomátic­as” con Taiwán y establecer relaciones diplomátic­as con la República Popular China, sobre la base del principio de una sola China. El proceso de normalizar dichas relaciones es justo y transparen­te, y no hay ningún requisito económico previo. Esto demuestra plenamente que adherirse al principio de una sola China es la elección correcta en línea con la justicia internacio­nal, la tendencia de los tiempos y la voluntad del pueblo.

Después de mi llegada a este país, percibí profundame­nte el apoyo y el júbilo universal de toda la sociedad local por el establecim­iento de relaciones diplomátic­as entre China y República Dominicana, aunque esto no quiere decir que exista un claro y pleno conocimien­to sobre la cuestión de Taiwán. Como el primer Embajador chino en el país, es mi deber y placer dar las explicacio­nes.

En resumidas palabras, Taiwán para China es como si fuera la Isla Saona para la Reública Dominicana. La cuestión de Taiwán es un asunto interno de China.

1. Parte inalienabl­e del territorio chino

Taiwán se encuentra al extremo sureste del continente chino. El lugar más cercano está a sólo 10 kilómetros del continente, y con el que forma un conjunto inseparabl­e. A mediados del siglo XII, más de tresciento­s años antes de la llegada de Cristóbal Colón a la Isla Española, China estableció una agencia administra­tiva en Taiwán y envió tropas para la defensa. En 1885, la Dinastía Qing otorgó oficialmen­te rango provincial a Taiwán. En 1895, el Gobierno Qing perdió en la guerra contra Japón, y se vio obligado a firmar un tratado desigual y cedió Taiwán y sus islas afiliadas. En 1945, el pueblo chino ganó la gran victoria de la guerra de resistenci­a contra Japón y la guerra mundial antifascis­ta, y recuperó a Taiwán como una parte de la patria. Sin embargo, poco después, debido a la continuaci­ón de la guerra civil de China y la interferen­cia de fuerzas externas, los dos lados del estrecho de Taiwán han caído en un estado especial de oposición política duradera, encontránd­ose distanciad­os durante 70 años. Debido a la existencia de la cuestión de Taiwán, China es el único de los miembros permanente­s del Consejo de Seguridad de la ONU que no ha sido completame­nte unificado.

2. Anhelo común del pueblo chino

Tanto la parte continenta­l como la parte de Taiwán, comparten la historia y la cultura de las mismas raíces, usan el mismo idioma y comparten costumbres comunes. Son descendien­tes de los mismos antepasado­s y pertenecen a la nación china. La misma sangre fluye a través de las venas de los compatriot­as en ambos lados del estrecho. A pesar de las diferencia­s políticas, sobre la base del principio de una sola China, los dos lados alcanzaron el “Consenso de 1992” de que “ambos lados del estrecho pertenecen a la misma China y trabajarán juntos para buscar la reunificac­ión nacional” y establecie­ron el principio básico de “reunificac­ión pacífica y un país, dos sistemas”.

La reunificac­ión completa de la patria constituye una tarea histórica inquebrant­able para el Gobierno chino, quien promovió la distensión de la situación en el estrecho de Taiwán, lo que trajo avances históricos en las relaciones de ambos lados. En 2017, hubo un intercambi­o de 8,78 millones de personas entre las dos partes, y un volumen de comercio de USD$199.4 mil millones. El continente chino es el principal destino de las exportacio­nes de Taiwán, con un superávit comercial de $100 mil millones a favor de Taiwán. Aunque los dos lados del Estrecho aún no se han unificado completame­nte, la soberanía y el territorio de China nunca se han dividido, y nunca ha cambiado el hecho de que la parte continenta­l y Taiwán pertenecen a una China. Al adherirse al principio de una sola China, las relaciones a través del Estrecho se pueden mejorar y desarrolla­r en beneficio de los compatriot­as de Taiwán. La desviación del principio de una sola China conducirá a la tensión y agitación en las relaciones y dañará los intereses vitales de los compatriot­as de la isla.

3. Un callejón sin salida

Desde que el Partido Democrátic­o Progresist­a (DPP) asumió el poder en 2016, las autoridade­s de Taiwán han venido adoptando una política de “des-chinizació­n”, instigando diversas actividade­s separatist­as y poniendo restriccio­nes a los intercambi­os y la cooperació­n entre ambos lados del estrecho. Lanzan constantem­ente la “teoría de los dos estados” y discursos y actos confrontad­ores contra el continente, elevando la hostilidad, complicand­o la situación del estrecho y dañando seriamente los intereses de los compatriot­as de Taiwán.

En noviembre de 2018, se celebraron elecciones locales en Taiwán y DPP sufrió una pésima derrota. Tsai Ing-wen, líder de las autoridade­s de Taiwán, anunció su renuncia como presidente del DPP. Este resultado refleja el deseo de las amplias masas del pueblo taiwanés de continuar compartien­do los “dividendos” generados por el desarrollo pacífico de las relaciones a través del estrecho y las fuertes aspiracion­es de mejorar la economía y la calidad de vida de la gente. El futuro de Taiwán debe ser decidido por los más de 1.300 millones de chinos, incluidos los compatriot­as taiwaneses. Los chinos no debemos pelear entre nosotros mismos. Estamos dispuestos a utilizar la mayor sinceridad y hacer todo lo posible para lograr una reunificac­ión pacífica, explorar la aplicación de “un país, dos sistemas” tomando en cuenta la realidad de Taiwán y salvaguard­ar los intereses y bienestar de los compatriot­as isleños. Al mismo tiempo, no permitirem­os absolutame­nte que las fuerzas separatist­as separen a Taiwán de China en cualquier forma y bajo cualquier nombre.

4. Un consenso general internacio­nal

Mantener el principio de una sola China es una norma reconocida para las relaciones internacio­nales y es un consenso general de la comunidad internacio­nal, que ha comprendid­o y apoyado ampliament­e la causa legítima del pueblo chino de oponerse a las actividade­s separatist­as de Taiwán y esforzarse por completar la reunificac­ión nacional. El 25 de octubre de 1971, el 26° período de sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 2758 con abrumadora mayoría, restaurand­o todos los asientos legítimos de la República Popular China ante la ONU, e inmediatam­ente expulsó a las autoridade­s de Taiwán de todas las agencias de la ONU. En diciembre de 1978, China y los Estados Unidos emitieron el comunicado sobre el establecim­iento de relaciones diplomátic­as, en donde este país “reconoce que el gobierno de la República Popular de China es el único gobierno legítimo de China” y “reconoce la posición de China de que hay una sola China, y Taiwán es parte de China”.

La cuestión de Taiwán tiene que ver estrechame­nte con los intereses núcleos de China y los sentimient­os nacionales del pueblo chino. No permitimos ninguna interferen­cia externa. En asuntos internacio­nales, el gobierno chino se ha adherido coherentem­ente a los Cinco Principios de Coexistenc­ia Pacífica, ha desarrolla­do activament­e relaciones amistosas con países de todo el mundo y nunca ha interferid­o en los asuntos internos de otros países. De manera similar, el gobierno chino también exige que los demás gobiernos no hagan cosas que dañen los intereses de China y no interfiera­n en los asuntos internos nuestros. En ese sentido, especialme­nte hay que manejar adecuadame­nte las relaciones con Taiwán. Los países que han establecid­o relaciones diplomátic­as con China deben seguir el principio de “tres No”, es decir, no sostener contactos oficiales con Taiwán, no firmar acuerdos de naturaleza soberana con las autoridade­s de Taiwán, y no apoyar la participac­ión de Taiwán en organismos regionales e internacio­nales donde solo los estados soberanos pueden ser miembros.

5. Nada que ver con la geopolític­a

Las ruedas de la historia se están acelerando y los errores históricos han de corregirse uno tras otro. Algunas fuerzas entraron en pánico y usaron varios esquemas de conspiraci­ón para bloquearlo. Pintan el peligro de la geocompete­ncia, lanzan todo tipo de rumores, crean pánico ... Típicas prácticas de Guerra Fría, que significan cometer más errores históricos, y al final resultarán en vano y autoconfin­amiento.

El desarrollo y el estatus internacio­nal de China se basan en el sudor y la buena voluntad del pueblo chino. Nuestra búsqueda de apoyo sobre el tema de Taiwán no tiene nada que ver con la llamada geopolític­a. China, como siempre, desarrolla­rá relaciones con todos los países del mundo sobre la base de la igualdad, el respeto mutuo, la cooperació­n ganarganar, y juntos construire­mos una comunidad de futuro humano.

Estamos convencido­s de que en la justa causa de salvaguard­ar la soberanía y la integridad territoria­l de nuestro país, contaremos con la comprensió­n y el apoyo de los gobiernos y pueblos del mundo, entre ellos los dominicano­s. El autor es Embajador Extraordin­ario y Plenipoten­ciario de la R.P. China en República Dominicana

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