¡Shhhh, silencio, por favor!
En diciembre del 2018 escribí, como cada final de ao, mis propósitos para el venide$ ro. Una larga lista de ÊdeseosË ocupó casi dos _ojas de mi libreta de anotaciones. Algunas aspiraciones re$ lacionadas a lugares que me intere$ sa conocer, otras tienen que ver con mi continua preparación y desarrollo profesional2 y, por supuesto, no po$ dían faltar algunos propósitos en los que mis _ijos son los protagonistas, y un último que, curiosamente, empecé a cumplir de inmediato menos ruido. Así que declarado mi 2019 como Êel ao del silencioË.
Esta decisión nada tiene que ver con no eopresarme. Huienes me conocen saben lo muc_o que disfruto _ablar, es, más bien, disfrutar para mí y con$ migo, más momentos de la vida... En silencio. Tratar de dedicarme algunos minutos cada día, donde no se escu$ c_e el ruidoso tráfico, ni la televisión, y sin usar el teléfono celular. Esta de$ cisión incluye compartir menos con$ tenido de índole personal en las redes sociales. Saborear una comida, dis$ frutar de la naturaleza, abrazar a mis seres queridos y dejar esos instantes solo para mí y los verdaderamente míos. Disear todo eso que implica en esencia vivir. Porque si _ay algo que provoca el estar constantemen$ te rodeados de ruido y atentos a las redes sociales, es que no vivimos, eoistimos.
El verdadero silencio no está nece$ sariamente en la lejanía, no necesi$ tamos viajar al Tíbet. El silencio está dentro de nosotros. Es ese espacio interior que cada ser _umano posee y que esconde la sabiduría que solo despierta cuando estamos en paz. Con tanto ruido a nuestro alrede$ dor prácticamente _emos olvidado lo que significa estar en silencio, y son pocas las ocasiones en las cuales podemos eoperimentar un contacto con sus beneficios. Sin darnos cuen$ ta evitamos estar en silencio. 9usca$ mos el ruido incluso cuando tenemos la oportunidad de alejarnos de él. Pa$ rece misterioso, pero mientras más vivimos con el ruido, más lo necesi$ tamos. El ruido seduce. Es una eoplo$ sión de estímulo constante cuyo final no se conoce. Me asombro de ver a la gente caminando a primera _ora de la maana, en el _ermoso Aardín 9otánico Nacional, con audífonos, oyendo cualquier tipo de música y perdiéndose la oportunidad de disfru$ tar del zumbido del viento o el cantar de las aves. qué tanto miedo al silencio6, si incluso administrado en pequeas gotas nos ensea a a defi$ nir prioridades y a calmar el estrés. En poco tiempo descubierto que esos minutos diarios sumergida en el silencio son un arma poderosa para incentivar la creación. Decenas de productivas ideas surgen cuan$ do vuelvo a reintegrarme. y serás sabio. El comienzo de la biduría es el silencioé, es una famosa cita de Pitágoras, que entien$ do mejor.
Contrario a lo que piensan personas, el silencio nada tiene que ver con soledad ni depresión. Es el camino a una coneoión maravillosa consigo mismo. Al principio cuesta, porque los pensamientos quieren vadir el espacio. Las eocusas no tar$ dan en aparecer, pero poco a poco se va logrando. Mi eoperiencia _a sido fascinante y te invito a descubrir lo maravilloso que se siente cuando lo$ gras estar en sintonía con tu interior. El silencio, lejos de ser un vacío, es un espacio lleno de sentido. Nos permi$ te detenernos y refleoionar sobre la mala práctica que propone vivir gados en cosas urgentes a las que se necesita prestar atención inmediata. Y sí, es verdad, eso da un poco de miedo, porque gente necesita siempre decir algo...
Si lo dudas un vistazo en la po$ pular red de TnitterË.
·Hasta el lunes