Finjus pide se elimine el voto de arrastre
AFIRMA QUE VA EN DESMEDRO DEL SISTEMA DEMOCRÁTICO
(+) Finjus considera que la Cámara de Diputados y el Senado son dos órganos diferentes, lo que debe reflejarse al momento del proceso eleccionario.
La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) propuso ayer que en el proyecto de reforma electoral que se está discutiendo se elimine el sistema de arrastre de diputados a senadores.
El organismo considera que la elección de los senadores y diputados debe realizarse en boletas separadas, y en consecuencia, eliminar el sistema de arrastre vigente en la boleta única a nivel legislativo, ya que resulta contraproducente y ajeno a la esencia del sistema democrático.
“En el marco de la ponderación del Congreso sobre la ley de régimen electoral y su posible modificación, consideramos necesario que sean revisadas las disposiciones que permiten el arrastre de diputados a senadores, a fin de verificar si esto se adecúa a los principios constitucionales que fundamentan nuestro sistema democrático”, dice la Finjus.
Agregó que en diversas ocasiones Finjus ha expresado que la modalidad de arrastre establecida en el párrafo I del artículo 2 de la ley 157-13 resulta en desmedro del fortalecimiento del sistema democrático, debido a que cuando el elector vota por el candidato a diputado de su preferencia de forma inmediata ese voto se le computa al candidato a senador del partido, independientemente de la simpatía del votante.
Afirma que de esta manera la voluntad del elector que está definida por su preferencia a un candidato se traspasa al partido para beneficiar a otro candidato, mediante el procedimiento del arrastre.
“Este es uno de los temas más controversiales en el proceso de reforma al régimen electoral pues se diluye la garantía del respeto a la voluntad popular, que constituye un presupuesto esencial de la democracia”, insistió.
Complejidad
Es preciso puntualizar, agrega, que la modalidad de arrastre desconoce el sistema bicameral instalado en República Dominicana, el cual está compuesto por la Cámara de Diputados y el Senado, que son dos órganos constitucionales con competencias equivalentes pero no idénticas y que concurren en un órgano complejo: el Congreso Nacional.
Se advierte, entonces, que la composición bicameral tiene que reflejarse al momento del proceso eleccionario por el principio de separación de funciones entre ambas cámaras, de modo que se garantice la calidad reflexiva en la aprobación de las normas, así como también los principios de representatividad y pluralismo, que son fundamentales para la composición del Poder Legislativo.
En tal sentido, dice Finjus, una configuración institucional adecuada del sistema bicameral lleva a considerar que la elección de los senadores y diputados debe realizarse en boletas separadas, y en consecuencia, eliminar el sistema de arrastre vigente en la boleta única a nivel legislativo, ya que resulta contraproducente y ajeno a la esencia del sistema democrático.