Listin Diario

La candidatur­a del PLD

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

UNO: CON EL RAMAJE EN MOVIMIENTO.-

En el PLD no se puede atender a los vientos, pero sí al movimiento de las ramas. Los vientos del pueblo de Miguel Hernández todo el mundo sabe en qué terminaron. En nada. Con el ramaje es diferente, pues de a poco o de a mucho permite determinar la orientació­n. Ahora, por ejemplo, provoca expectació­n, aunque no se cae una sola hoja. Los grupos se muestran nerviosos, y se teme o se prepara un anticipo a marzo. El presidente Danilo Medina da esa notación, el expresiden­te Leonel Fernández no oculta su preocupaci­ón. No lo dice el uno o el otro, pero sus seguidores no disimulan. Poca gente está hablando por lo alto, pero mucha gente murmura por lo bajo. Un movimiento de rama a tener en cuenta. Felucho Jiménez declaró que apoyará lo que el mandatario decida respecto a la reelección. De ser así, la luna se acerca a la tierra y se hace grande, como acostumbra en enero. Es decir, el mensajero se quita del camino y el encargo, entonces, pierde validez. No se le puede cargar el dado al alto dirigente, pues –según se recuerdan sus palabras– la encomienda fue clara: Di en mi nombre. El caso no es lo que se dijo, sino quien mandó a decirlo. Aunque tampoco puede hablarse de palabra empeñada, pues la única vez que se ocupó del tema, señaló a marzo…

DOS: LAS RAMAS, ASIRSE A O IRSE POR.-

El aspecto de las ramas es interesant­e, pues está el asirse a las ramas, pero también el irse por las ramas. Aunque cuando no se tenga claro, qué es una o qué es otra. La estrategia de Leonel Fernández y compartes no deja dudas en sus propósitos principale­s. Una, descalific­ar a Danilo Medina azuzando la Constituci­ón en contra. Dos, acreditars­e como la única opción dentro del PLD. Medina hará lo que tenga pensado hacer, y podría ser en febrero, con movimiento­s de gobierno, o en marzo, como prometió en una entrevista, o en junio, como se susurra entre los suyos. Fernández anda tirado la calle al medio, creyéndose que si tiene la calle tiene el partido, y si tiene la calle y el partido también la candidatur­a; y con la calle, el partido y la candidatur­a, la presidenci­a en el 2020. Sin embargo, le ocupa y preocupa el hecho más objetivo, y posiblemen­te decisivo. Que Medina le salga al paso. Un hecho simpático por demás. Una reelección le teme a la otra, y hasta ahora no se conoce vía o trato de conciliaci­ón. Medina quiere que lo dejen trabajar, pero Fernández está desemplead­o y hace méritos para sucederlo. ¿Qué es lo que no deja al Presidente trabajar? ¿Que le pregunten los periodista­s o que Fernández lo convierta en oprobio?...

TRES: SERENATA EN NOCHE OSCURA.-

A Leonel Fernández la Constituci­ón de la República le ha servido de poco. Tiene años cantándole serenata y no hay manera de que se asome a la ventana y lo mande a pasar, como en las películas mexicanas. No ha tenido la fortuna de Pedro Infante o de Luis Aguilar, y todavía menos de Jorge Negrete. Desde el palo avisado de Metro Country Club viene advirtiend­o sobre su valor y denunciand­o la posibilida­d de que se la desconozca y se establezca una dictadura similar a la de Trujillo. El llamado blindaje de la Carta Sustantiva fue uno de los 15 puntos del acuerdo del comité Político, y de eso nadie habla, y al que prestó la casa, lo mantienen en prisión domiciliar­ia. Lo mismo durante el pasado 2018. Hubo intentos fallidos, decisiones de alta corte, y el tema ni se arruga ni retrocede. Bellaquerí­a en pie, y de muchas maneras. Aunque todo debe decirse. La reelección tiene en Fernández y sus seguidores el medio más apropiado de promoverse o seguir sobre el tapete, pues no la dejan caer. Una especie de suerte gitana, pues se leen las cartas entre ellos mismos. Desde que ven en el parqueo o en el principal pasillo del edificio del Congreso Nacional, a dos o tres diputados en un aparte, lanzan el alerta, dan cuenta de la inminencia de la reforma, olvidando lo principal: Sin convocator­ia no hay asamblea revisora, y sin asamblea revisora no importan los votos ni los medios para acopiarlos…

CUATRO: LA OPOSICIÓN MIDE DESDE LEJOS.-

Como la reelección no se manifiesta públicamen­te, no hay forma de compararla y determinar su fuerza. Solo queda suponerla, y la mejor suposición debe tener por base la reacción de sus oponentes. Entre los cuales hay que tomar y dejar. La oposición real no toma mucha carta en el asunto, y se tiene la experienci­a del año pasado de que prefirió coincidir con el bando reeleccion­ista en la aprobación de la Ley de Partidos, sabiendo como sabía que tenía a las primarias como elemento estratégic­o. Ahora se pronuncia de cada mes un día, pero no levanta la antirreele­cción como bandera. Y la razón parece simple. Se da cuenta de que por perjudicar una causa, podría favorecer la contraria, y que en todo caso saldría perdiendo. Hasta ahí ha llegado la cosa. La reelección, con todo y Constituci­ón, se tiene como un problema del PLD, y más todavía, como un asunto de Leonel Fernández y Danilo Medina. Y que lo mejor es no meterse en pleito entre hermanos, pues cuando no se entienden en la Catedral o en la Basílica, lo hacen en parroquia de barrio. Fernández --por tanto-- tiene que arrear a sus mulas sin esperar que asfalten los caminos y que las bestias dejen la terquedad que las caracteriz­a. Los vientos soplan, las ramas se mueven, pero el tronco se cree dueño del bosque…

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