¿“Garata con puños” o “amagar y no dar”?
Hace un año decían que 2019 entraría ritmo de la “garata con puños” en el litoral morado. Al terminar enero, el único “pestañeo” aparenta ser de “amagar y no dar” de parte del facción de Leonel Fernández.
En un pronunciamiento de primera plana, el “leonelismo” comienza con un “solo” de cliché hilvanado en contadas palabras, como un “plan siniestro” de “sectores oscuros”, advirtiendo que “no desmayará en esta lucha” y que no “les permitiremos” “salirse con la suya”.
Sin embargo no ofrecen detalles del plan “siniestro” ni cuál es “la suya” de la parte contraria.
Si el objetivo fue un despegue mediático con temas de qué hablar, parecen lograrlo con los titulares, pero eso equivale a recrear el “amagar y no dar”, que ya es viejo.
Se ha denunciado la presencia de consejeros extranjeros en ese amagar y no dar, como recurso para superar la imagen de “mansedumbre” que le atribuyen a Fernández.
Hablando de consejeros, se recreó que el grupo Leonel no ha sabido defenderse ante sus adversarios palaciegos en puntos débiles, como el caso Joao Santana, el carioca que guarda prisión en Brasil con la “asociación de malhechores” entre otras acusaciones
De todos modos, se dirá que el Palacio tiene suficientes embrollos y marañas por delante y que todavía es incierto si podrá salir ileso.
Se cita al propio trompo de Odebrecht, el de Punta Catalina y la alineación de las cúpulas judiciales, entre otros temas, cuyas incógnitas presentes son objetos de conjeturas.
Conste que el olfato del pueblo no necesita satélites para seguir el curso de los acontecimientos; o lo que se ve y no se ve en las alturas palaciegas.
Las expectativas del año tanto aplican para los de abajo como para los de arriba.
Al fin y al cabo, el Palacio tiene cuentas, como las citadas, en curso regresivo. Atención a los meses venideros, que traen cualquier cosa, menos aburrimiento.