Don Bosco y la juventud
Mañana, 31 de enero, fiesta de San Juan Bosco, celebramos el Día Nacional de la Juventud. ¿Cómo surgió esta celebración dedicada a los jóvenes?
La ONU declaró el año 1985 como Año Internacional de la Juventud. La respuesta del Gobierno dominicano fue la creación de la Dirección General de Promoción de la Juventud, hoy convertida en Ministerio.
Por su parte, la Iglesia revitalizó el trabajo con la juventud, según las líneas de la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, reunida en Puebla, México, en 1979, que hizo una opción preferencial por los jóvenes.
Desde 1985 comenzaron también a organizarse los Encuentros Latinoamericanos de Responsables de Pastoral Juvenil, organizados por la Sección de Juventud del CELAM.
A esto se añadió la celebración de la primera Jornada Mundial de la Juventud en Buenos Aires, Argentina, en 1987, con la presencia del Papa Juan Pablo II y jóvenes de todo el mundo.
Con esta motivación, algunos jóvenes de la Pastoral Juvenil de la República Dominicana, coordinados por Ángel María Acevedo, iniciaron un movimiento para declarar el 31 de enero como Día Nacional de la Juventud.
Escogieron el 31 de enero, por ser el día de la fiesta de Don Bosco, proclamado en 1988 por Juan Pablo II: “Padre y Maestro de la Juventud”. De Don Bosco es la expresión: “Me basta que sean jóvenes para amarlos”. Para la juventud él fundó la familia salesiana, bajo el patrocinio y ejemplo de dulzura de San Francisco de Sales, del cual recibe su nombre.
Desde 1992 comenzó a celebrarse el Día Nacional de la Juventud con apoyo de monseñor Juan Félix Pepén, obispo auxiliar de Santo Domingo. El 8 de diciembre de ese mismo año, el Decreto 36192 declaró el 31 de enero como Día Nacional de la Juventud.
Es providencialmente curioso que la fecha del decreto coincide con el día en que, el 8 de diciembre de 1841, Don Bosco inició su obra a favor de la juventud más abandonada, al amparo de la Virgen María.
Un año después del decreto, el 5 de diciembre de 1993, el Congreso Nacional, ratificó el 31 de enero como Día Nacional de la Juventud, mediante la Ley 2093, introducida por el diputado Tomás Hernández Alberto.
Los considerandos de la ley exaltan los valores y virtudes de la juventud y pone en alto la figura de Don Bosco, su dedicación a los jóvenes más pobres y el ejemplo que constituye para educadores y orientadores. La ley instituye el Premio Nacional de la Juventud.
El Día Nacional de la Juventud le recuerda a la sociedad dominicana que el camino para la educación es el de la razón, el amor y la fe, como enseñó Don Bosco.