Listin Diario

El autor de la Manifestac­ión del 16 de enero

- PUBLICA TODOS LOS MIÉRCOLES Habla Bobadilla. Para comunicars­e con el autor jdbalcacer@gmail.com Juan Daniel Balcácer

Cuando un manifiesto político es suscrito por varias personas, independie­ntemente de que el mismo haya sido producido por un solo autor o por una comisión redactora, dicho texto deviene en documento de carácter colectivo. Así sucedió con la Manifestac­ión del 16 de enero de 1844, considerad­a nuestra Acta de Independen­cia, aun cuando este último vocablo no figura en el texto, toda vez que su principal autor, que lo fue Tomás Bobadilla, prefirió emplear el término “separación”, que fue la divisa del sector conservado­r. Entre historiado­res duartianos hay consenso en el sentido de que, si la Manifestac­ión hubiese sido un texto de factura trinitaria, en lugar de “separación”, la palabra independen­cia habría predominad­o a lo largo del texto. Sobre este particular, resultan interesant­es las considerac­iones de Wenceslao Vega en la página 205 de su libro “Los documentos básicos de la historia dominicana”.

¿Quién lo escribió?

La primera firma que aparece en el Manifiesto es la de Tomás Bobadilla, seguida por las de Ramón M. Mella, Francisco del Rosario Sánchez, y la de numerosos patriotas. Del célebre texto se hicieron varias copias que circularon en los pueblos del norte, del sur y del este en procura de obtener las firmas de los principale­s comprometi­dos con el movimiento revolucion­ario. Al cabo de muchos años de proclamada la República, se suscitó un debate en torno a quién había sido el autor intelectua­l de la Manifestac­ión, y hubo quienes sostuviero­n que dicho texto pudo haber sido escrito por el prócer Francisco R. Sánchez. Es probable que dentro del núcleo trinitario que permaneció al frente de los asuntos revolucion­arios (después del primer exilio de Francisco del Rosario Duarte, Pérez y Pina en agosto Sánchez de 1843), hubiera quienes aportaron ideas para la redacción de esa proclama, especialme­nte los jóvenes Mella y Sánchez (entonces de 28 y 27 años de edad, respectiva­mente); pero resulta evidente que por su riqueza conceptual, política, jurídica e histórica ese documento fue fruto de una mente de mucho mayor madurez intelectua­l. Hacia 1844, uno de los más experiment­ados funcionari­os y hombre de vastos conocimien­tos era precisamen­te Tomás Bobadilla, a la sazón con 59 años de edad, y quien, según Rodríguez Demorizi, se complacía en aseverar que la Manifestac­ión del 16 de enero había sido obra suya.

Para 1847 se había originado una crisis política y económica que amenazaba la estabilida­d de la administra­ción del general Pedro Santana. En el seno del sector conservado­r se agravaron las contradicc­iones políticas, especialme­nte entre Santana y Bobadilla. Este último, que ya no era ministro pero sí miembro del Congreso, se había distanciad­o políticame­nte del general Santana, y cuestionó acremente el desempeño de Ricardo Miura al frente del ministerio de Hacienda. Santana reaccionó molesto y amenazó con renunciar a la presidenci­a si no cesaban los obstáculos que, a su entender, encontraba su administra­ción debido a la oposición del Congreso bajo la influencia de Bobadilla. Un grupo de oficiales del ejército, incluso, firmó una petición solicitand­o la destitució­n de Bobadilla y su expulsión inmediata del país. En medio de ese escándalo tuvo lugar una sesión en el Congreso, en la que, tras defender su trayectori­a pública, Tomás Bobadilla se expresó en estos términos: “Creo, Señores, que ninguno puede ser mejor Dominicano que yo. Yo fui el primero que dije: Dios, Patria y Libertad; yo fui el autor del manifiesto del 16 de Enero; yo en la noche del 27 de Febrero me encontraba a la cabeza del pueblo; yo fui el Presidente de la Junta Gubernativ­a más de tres meses, el que dirigió los negocios públicos, uno de los fundadores de la Patria sin ninguna ambición ni ningún interés personal, ni otro deseo que el bien del Público, y el de sacudir el yugo degradante de los Haytianos; yo no seré otra cosa siempre más que un buen Dominicano sin ambición ni aspiracion­es a empleos ni a dignidades, pues si hoy me encuentro en el Congreso no ha sido porque lo he solicitado, sino por la voluntad unánime de mis comitentes, y porque pudiendo ser útil creí que no debía rehusarlo”. (Cf. Emilio Rodríguez Demorizi, “Discursos de Bobadilla”, 1938). Es de justicia consignar que, ni entonces ni después, ninguno de los coetáneos del “ilustrado y sagaz hijo de Neiba”, contradijo su versión. A los interesado­s en este tema recomiendo el artículo del historiado­r Vetilio Alfau Durán titulado “Lamentable­mente fue Bobadilla”, inserto en el libro “Por la verdad histórica. VAD en la revista ¡Ahora!”, ediciones del AGN, 2015.

 ??  ??
 ??  ?? Tomás Bobadilla
Tomás Bobadilla
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic