El punto...
La población ha recibido con beneplácito cómo las autoridades policiales de Baní, en una acción conjunta con la Dirección Nacional del Control de Drogas y el Ministerio Público, han arreciado los esfuerzos para enfrentar la grave situación de venta y consumo de drogas y sustancias controladas en esa demarcación.
Justo ayer el LISTÍN daba cuenta de dichas acciones, reseñando la intervención de 18 puntos de drogas, así como la demolición de seis de estos. Medidas necesarias toda vez que independientemente al desmembramiento de dichas estructuras delincuenciales, se envía un mensaje categórico a una población ávida de reacciones más contundentes frente al flagelo. Sin embargo, algo que ha llamado la atención en esta importante y necesaria batida, que aparte de la unidad antinarcóticos del cuerpo del orden público (Dican), ha involucrado también a la dirección de Investigación Criminal (Dricim) y a la División de delitos Tecnológicos y Alta Tecnología (Dicat), ha sido el uso de retroexcavadoras para destruir las infraestructuras donde operaban esos negocios. Una acción eficaz desde el punto de vista práctico, pero que obliga a pensar en una adecuación de la Ley 50-88 que respalde y blinde las ejecutorias. Esto porque, y por más que lo merezcan desde el punto de vista profiláctico, social y moral, romper una edificación sin una resolución judicial pudiera hacer un efecto boomerang y traer una serie de problemas.
Y es que la realidad de los denominados puntos de drogas es ambigua y movediza ya que más que un lugar fijo, estos son sitios donde la constancia de la comercialización o la incidencia de quien lo regentea es lo que les da esa categoría. Así las cosas, un punto puede ser desde una casa, hasta un banco de un parque, un callejón o un árbol. Hay mucha gente que en los barrios alquila casas a los narcos para que estos realicen su negocio de muerte.
Todo con el agravante de que si las autoridades allanan cuando ellos no están, el punto deja de serlo para convertirse en una simple vivienda, y si el asedio es fuerte se pueden cambiar (alquilar) hacia otro lugar rodando el punto y dificultando la judicialización de los expedientes. Visto el hecho, una opción interesante sería modificar la Ley de forma tal que a todo aquel que se demuestre alquile una vivienda o que en ella se haga negocios de droga, la misma le sea incautada. Esto reduciría bastante los innumerables y movibles puntos.