Las nuevas reglas
Dicen que lo que mal empieza, mal termina, y creo es el caso para algunas de las reglas adoptadas recientemente por los organismos rectores del golf mundial. Una cosa es lo que diga el papel (lo aguanta todo), y otra es la practica, y la realidad es que, en solo dos o tres torneos algunas reglas han demostrado que no son ni practicas ni justas, y que los respectivos comités gestores tendrán que revisarlas lo antes posible, pues una cosa es hacer las reglas pensando en el juego amateur, y otra cosa es lo que estas significan para los profesionales. Como saben, la NBA, la MLB y otras entidades profesionales tiene reglas que no aplican al amateurismo, precisamente porque su implementación sencillamente contraviene los intereses de quienes componen esas entidades (que son también corporaciones al igual que el PGA Tour). Sobre ese tenor siempre he tenido la curiosidad de por qué el golf profesional observa y lleva reglas emitidas por entidades amateur como lo son la USGA o la misma R&A, siendo un conglomerado creado por y para profesionales. Hace dos semanas la primera víctima fue Haotong Li, quien de un tercer lugar bajo al doceavo puesto, situación que le extrajo de su cartera y cuenta bancaria la friolera de mas de cien mil dólares. Y la cosa se quedó así. Pero el fin de semana pasado pudo haber sido costosísimo para Denny McCarthy y para Justin Thomas si la cosa se hubiera quedado como estaba por la aplicación de la misma regla que le costo el dinerito a Haotong. Afortunadamente, ambas entidades se dieron cuenta de que debían rectificar y actuaron en consecuencia. Estoy seguro de que por lo menos a J.T., de haberse aplicado la regla, esos “palitos” le hubieran costado una fortuna, pues en el PGA Tour las bolsas son mucho más pesadas que en Europa, y las consecuencias económicas hubieran sido mucho mayores.
Con respecto al caso de Rickie Fowler hubo mucha confusión incluso entre los analistas de Golf Channel quienes dijeron nunca haber visto algo así, aunque esta regla estaba clara. Sencillamente, si la bola se mueve debido a algún factor externo, se juega la bola desde su nuevo punto sin penalidad. El problema fue que la bola se movió, pero fue a para al agua (a una zona de penalidad, antes házard), y obviamente desde allí Rickie no la podía jugar, trayendo como consecuencia la multa por el dropeo. Todos sabemos que los procesos iniciales son a veces difíciles de digerir y que nos toma tiempo acostumbrarnos. Por eso les recomiendo adquirir las nuevas reglas, leerlas y llevarlas en su saqueta, para que de primera mano tengan la forma de resolver cualquier entuerto que se les presente en el campo. Al fin y al cabo, son las reglas, y poco a poco, nos sean simpáticas o no, tendremos que aceptarlas. ¡Mantengan la bola en el Fairway!