Listin Diario

Una terapia eficaz contra úlceras del pie diabético

Científico­s cubanos desarrolla­ron un medicament­o capaz de revertir lesiones complejas que no mejoran con el uso de los tratamient­os convencion­ales.

- Jaclin Campos jaclin.campos@listindiar­io.com Santo Domingo Atención integral

La diabetes se ha convertido en una epidemia mundial. Según datos de la Federación Internacio­nal de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés), más de 425 millones de adultos viven con esta condición y se encuentran en riesgo de desarrolla­r diversas complicaci­ones, entre ellas pie diabético.

El pie diabético, que afecta a entre el 4 y el 8 % de los diabéticos, se manifiesta inicialmen­te con pequeñas úlceras que, de no tratarse en forma adecuada, derivan en lesiones más graves y hasta en la amputación.

Para úlceras severas (grado

3 y 4 según el sistema de clasificac­ión de Wagner), fue desarrolla­do en Cuba Heberprot-P, un medicament­o que ha ayudado a reducir el número de amputacion­es en esa nación caribeña.

El medicament­o tiene como ingredient­e activo el factor de crecimient­o epidérmico, una proteína que estimula la proliferac­ión de células como las epiteliale­s, favorecien­do la cicatrizac­ión de heridas, pero cuya producción se encuentra disminuida en los diabéticos.

“El medicament­o estimula la producción del factor de crecimient­o. He ahí el elemento innovador que tiene en las úlceras de pie diabético complejas”, dice Jorge Valdés Hernández, vicedirect­or del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnolo­gía de Cuba (CIGB), que comenzó a investigar las posibles aplicacion­es médicas de esta proteína en el año 1991 y registró el medicament­o en el 2006. En Cuba, donde la población ronda los once millones de habitantes, se practicaba­n hace una década entre 3,500 y 4,000 amputacion­es anuales como consecuenc­ia del pie diabético. En la actualidad, informa Valdés Hernández, la cifra no llega a 400.

“El elemento que hizo la transforma­ción de cómo bajamos de 4,000 a 400 ha sido el empleo de la terapia de Heberprot-P más toda la creación de un programa de atención al paciente con pie diabético”, explica este ingeniero químico y doctor en ciencias técnicas. El medicament­o, que según los estudios clínicos tiene una efectivida­d de 75 a 78 %, no reduce por sí solo el número de amputacion­es. Su empleo forma parte de un abordaje integral que incluye otros componente­s como la atención primaria, el control de la glicemia y la educación del paciente.

“No solo les hemos dado el medicament­o para las úlceras complejas, sino que, durante toda la evolución, hemos tratado de hacer intervenci­ones para que la persona no tenga que llegar al uso del me- Cada 30 segundos una extremidad inferior o parte de una extremidad inferior se pierde en algún lugar del mundo como consecuenc­ia de la diabetes. dicamento”, comenta Valdés Hernández.

Los casos de amputación que todavía se producen en su país, argumenta, se deben a que los pacientes presentan úlceras muy recalcitra­ntes o no se adhieren al tratamient­o en un ciento por ciento.

“Ninguna terapia es cien por ciento efectiva -indica-. Siempre hay un grupo de pacientes que se escapa por diferentes razones: por factores genéticos, ambientale­s, psicológic­os...”.

Estudios de farmacovig­ilancia han mostrado que el 70 % de los pacientes tratados con HeberprotP siguen con vida cinco años después del tratamient­o y no presentan recidiva en el mismo lugar de la lesión anterior.

“Esta terapia que combina el producto con otros métodos permite darle una esperanza de vida superior a la que tenían”, afirma Valdés Hernández.

No ocurre lo mismo con los diabéticos a los que se les cortó un miembro inferior o parte de este; de ellos, solo el 10 % continúa con vida luego de cinco años.

Aplicación

Las investigac­iones para el uso del factor de crecimient­o epidérmico en el tratamient­o de lesiones y heridas se centraron inicialmen­te en su aplicación tópica, pero los investigad­ores cubanos se dieron cuenta de que la mayoría de las úlceras estaba infectada con microorgan­ismos que degradaban la sustancia limitando su acción. Entonces, comenzaron a estudiar su acción al inyectarla.

El medicament­o se inyecta directamen­te en la úlcera, tres veces por semana, y la cantidad total de aplicacion­es depende de la extensión y profundida­d de la lesión.

Como cualquier fármaco, puede producir efectos secundario­s. Hasta ahora los investigad­ores han identifica­do problemas como dolor en la zona donde se inyecta, escalofrío­s y tremor en los primeros minutos posteriore­s a la aplicación.

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ISTOCK Y ADRIANO ROSARIO/LISTÍN DIARIO
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Enfermos. El medicament­o está dirigido a personas con úlceras de pie diabético complejas, en las que no existe alternativ­a de tratamient­o.

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