Males que inciden en enfermedad cardiovascular
Hay enfermedades o condiciones clínicas que aumentan el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
1. La enfermedad Renal Crónica ERC
Está asociada a un riesgo aumentado independiente de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular convencionales. La hipertensión arterial, las dislipidemias y la diabetes mellitus son frecuentes en las personas que padecen “ERC” una disminución de la tasa del filtrado glomerular es un signo importante de muerte por enfermedad cardiovascular. La enfermedad renal terminal se asocia a un riesgo cardiovascular muy elevado, el aumento de la excreción de albúmina (orina) también está asociada a riesgo de mortalidad cardiovascular.
2. La gripe
Hay asociación entre las infecciones respiratorias agudas, sobre todo las que ocurren en momentos álgidos de la circulación del virus de la influenza y el infarto del miocardio. La gripe puede desencadenar un evento cardiovascular.
Los estudios muestran un aumento de los infartos del miocardio, durante la estación anual de gripe.
El riesgo de infarto del miocardio o accidentes cerebrovasculares ha sido más de 4 veces superior después de una infección respiratoria y el riesgo más alto se produce en los primeros 3 días.
Un meta análisis reciente señala que la prevención de la gripe sobre todo mediante la vacunación, puede prevenir el infarto del miocardio, desencadenado por la infección por el virus de la influenza.
3. Periodontitis
Los estudios han relacionado la enfermedad periodontal tanto con la ateroesclerosis como con la enfermedad cardiovascular, y los estudios serológicos han asociado los altos títulos de anticuerpos contra bacteria periodontales con la enfermedad ateroesclerótica.
4. Enfermedad autoinmune
La artritis reumatoide aumenta el riesgo cardiovascular independientemente de los factores de riesgo clásico. Hay cada día más evidencias de que otras enfermedades inmunitarias como la espondilitis anquilosante o la soriasis precoz grave, también aumenta el riesgo cardiovascular.
Hay evidencias claras que la inflamación de alto grado participa en el daño vascular acelerado.
La inflamación sistémica aumenta el riesgo cardiovascular, directa o indirectamente, estimulando las vías de riesgos existentes.