Rema mar adentro
Esta frase del Evangelio de este domingo nos viene como al “dedillo” en los tiempos que estamos viviendo. El Señor le pide a Pedro “lo imposible para él”: “Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes”. Muchas veces el Señor nos pide lo que parece imposible, pero cuando tenemos fe y confianza en Él y hacemos lo que Él nos dice, salimos llenos de gracia y de bondad. ¡Cuántas veces pudiéramos decir como Pedro: “Apártate de mí, que soy un pecador”! Somos pecadores porque somos demasiado frágiles por nuestra falta de oración y confianza en el que todo lo puede. ¡Cuántas veces nos sentimos incapaces de realizar lo que el corazón nos está pidiendo, y por dejadez o por comodidad, lo dejamos de hacer!
Sin embargo, el Señor nos sigue pidiendo que hagamos lo que Él nos manda. Sólo con nosotros el mundo será más justo y humano.
En estos momentos de debilidad no podemos dejarnos rendir. Debemos atrevernos a remar mar adentro, e ir donde nos necesiten. Tratar de ayudar a los demás a encontrarse con el Señor.
¡Cuánta necesidad hay de hacer felices a los demás, pero qué miedo tenemos de ir a donde los otros, de ir donde los que necesitan una palabra de aliento!
La familia hoy más que nunca debe remar mar adentro y perder el miedo de actuar conforme a sus creencias. No debemos temer que nos llamen desfasados. No siempre lo que piensa la mayoría es verdad. A veces es lo más cómodo y lo más fácil de realizar. “Pero por sus frutos los conoceréis”, nos dice el Señor en el Evangelio de Lucas, 6, 44.
Jesús le pide a Pedro que sea pescador de hombres.
Y a nosotros hoy nos está pidiendo que también seamos pescadores de todo aquel que necesite una palabra de conocimiento en la persona de Jesús. Nosotros, como padres de familia, no debemos dejar de cumplir con nuestra responsabilidad de ser los primeros educadores en la fe de nuestros hijos. No podemos dejar de vivir esos valores en los que creemos y transmitírselos a nuestros hijos. No podemos “tirar la toalla” frente a los desafíos de los tiempos modernos. Pero no debemos actuar solos. Debemos constituirnos en verdaderas comunidades que sepamos darnos apoyo unos a otros. Comunidades capaces de promover el desarrollo de los que la viven.