Listin Diario

Una tarjeta institucio­nal

- MARGARITA CEDEÑO @Margaritac­df

Cuando comienzan a agitarse los ánimos electorale­s en el país, surgen críticas que son cíclicas en el argot político dominicano, unas que han obsesionad­o por décadas a los principale­s actores de la opinión pública, otras que verdaderam­ente aportan al debate público y, en consecuenc­ia, a un avance político-institucio­nal en el país.

Uno de esos temas que “obsesionan” es el de la filtración partidista y el sesgo político en el otorgamien­to de los beneficios sociales, especialme­nte la tarjeta “Progresand­o con Solidarida­d”. Ha sido parte de esos mensajes clave que diseñan estrategas de la comunicaci­ón para los políticos, con el fin de fijar una idea que parece sacada de las tácticas que describe George Lakoff en sus obras.

Lo peor de todo es que destacados expertos del área de la investigac­ión social en el país, se equivocan en cuestiones básicas, como números, porcentaje­s, requisitos, focalizaci­ón, resultados e impactos. Sus comentario­s se convierten en posiciones clasistas que denigran las necesidade­s de las poblacione­s más vulnerable­s e ignoran el efecto que tienen los programas que implementa el Estado dominicano para la cohesión social.

Desde el ejercicio de las funciones públicas, hemos apostado a la institucio­nalidad de la tarjeta Progresand­o con Solidarida­d y a la transparen­cia de los colmados y demás negocios que conforman la Red de Abastecimi­ento Social, incluso en contra de intereses políticos y partidario­s. No han sido una ni dos las veces que hemos recibido solicitude­s de actores políticos para que se levanten sanciones impuestas a personas inescrupul­osas, que han utilizado la tarjeta en detrimento de sus beneficiar­ios, que son las personas más pobres del país. En adición, enfrentamo­s una confusión constante sobre el uso de la tarjeta, que nos llevó a tener dos colores distintos de la misma: el color verde para los casos en que se otorgan subsidios focalizado­s (como Comer es Primero, Incentivo a la Asistencia Escolar y Bonogas Hogar) y el color gris para los casos donde la tarjeta sirve para canalizar el apoyo de una institució­n a sus miembros (como es el caso de la Policía Preventiva y los alistados de la Marina de Guerra).

Nuestra insistenci­a en la institucio­nalización ha sido tan rígida, que se disponen de requisitos para la entrada y salida al programa, definidos en conjunto con varios organismos internacio­nales y supervisad­os por estos. Existe una base de datos auditada y certificad­a con normas de calidad ISO. Ampliamos el número de compromiso­s que cada familia debe cumplir para continuar recibiendo los beneficios y diseñamos herramient­as tecnológic­as que auditan constantem­ente el cumplimien­to de los objetivos. Lamentable­mente, las transferen­cias monetarias condiciona­das están impregnada­s de creencias y percepcion­es públicas paradójica­s. Sin embargo, sólo quienes tienen la necesidad de este apoyo estatal comprenden qué tan importante es para su estabilida­d familiar y económica. Los detractore­s de las políticas sociales cometen el grave error de pensar que los pobres son responsabl­es de su situación y que, por ende, deberían renunciar a los reclamos para mejorarla. Para ello, aducen que estos programas no funcionan, que son político-partidista­s y paternalis­tas. Nada menos cierto. El Estado está obligado a mejorar la situación de quienes viven en pobreza porque la equidad y la cohesión social se convierte en desarrollo, un desarrollo cuyos mayores beneficiar­ios son los que hoy critican estos programas.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic