Primarias
Desde todos los espacios, Leonel Fernández me ofrece que le acompañe a construir un mejor futuro para todos. Me promete cosas como si el Estado fuera nuevo para él, como si no hubiera administrado el Gobierno, ni permanecido durante 12 años en el Palacio Nacional.
Leonel me habla con un rostro extraño, con una sonrisa forzada. Su lenguaje no verbal desdice la prosodia del león de antes. Los años fuera del poder le desfiguraron hasta la mirada.
“Para seguir avanzando”, hasta por YouTube, Gonzalo me invita a votar por él. Aspira a ser el candidato a la presidencia por el PLD. Defiende la “sangre nueva” el otrora empresario anónimo que hoy me acompaña hasta en la sopa.
Este domingo se celebran las elecciones primarias. En el proceso se elegirán a los candidatos a presidente, senadores, diputados, alcaldes, directores de juntas municipales, regidores y vocales de los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y de la Liberación Dominicana (PLD). Las del PRM son cerradas. Las del PLD son abiertas.
Previo a las primarias, el boato ha sido la norma. Un país de precaria atención sanitaria se da el lujo de gastar cifras que la mayoría no alcanzamos leer. Publicidad en todas partes y cintillos en todas las plataformas. Las promesas y el rostro de ambos cunden la vida en esta patria tropical. Las redes sociales y el WhatsApp tampoco escapan. Y mucho menos el correo electrónico. El despilfarro es gigantesco.
El empresario y líder de Podemos RD, Jochy Peralta, celebra que avanzamos en cuanto a colocación de afiches, lo cual contamina pueblos y ciudades. Pero, sobre el exceso y de publicidad previo a las primarias, declara que es notoria la cantidad de recursos que hay detrás tanto del león como del delfín, lo cual debería regular y vigilar la JCE.
“El gasto envía un mal mensaje cuando por falta de recursos tenemos tantos problemas por resolver, sobretodo un país que todos los años toma prestado para el Presupuesto Nacional”, argumenta Peralta. Mientras tanto todos los motoconchos y taxis de Santiago fueron alquilados para mover gente el próximo domingo. ¡Ay, mis cuartos!