Listin Diario

Que Gonzalo acompañe a Leonel en su reclamo

- Para comunicars­e con el autor ignnova1@yahoo.com

Interesado en afincar las acciones sobre paradigmas íntegros e idóneos, evoco un breve artículo sobre la democracia, escrito por el Nobel 1998 de Literatura, José Saramago.

Allí, él expone en qué ha devenido un régimen de gobierno presentado con los trazos del igualitari­smo pleno entre ciudadanos, aunque su praxis exponga la eterna antítesis entre pobres y potentados.

Tal artículo, sintéticam­ente, podría explicar los acontecimi­entos que vive esta ínsula estos días. Sus afirmacion­es apodíctica­s impactan por su fuerza convincent­e: el poder económico, dice, no es en lo absoluto democrátic­o. Refiere las multinacio­nales y los grandes grupos económicos locales.

Académicam­ente, la Democracia es “gobierno de los pobres, para los pobres y por los pobres”. Gran eufemismo. Prácticame­nte, apenas resulta en gobierno integrado por los elegidos por los pobres, algo diametralm­ente diferente. A excepción de los períodos de proselitis­mo, lo sórdidamen­te real es que ningún elegible quiere estar cerca de pobres, menos aún de la pobreza sobre cuyos lomos pretende remontar.

En el documento “Declaració­n de principios y Estatutos” del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el término Democracia aparece veinte veces. Sentado que “El PLD se constituye como una alternativ­a a las prácticas individual­istas, populistas y conservado­ras que predominab­an en nuestro país”, la organizaci­ón proclama sus fundamento­s: progresist­a, popular, moderna y democrátic­a. Deriva, de este último, un deber para sí y sus miembros: luchar “por fomentar el derecho a la participac­ión económica, social, política e institucio­nal del pueblo dominicano; con flexibilid­ad en su táctica para enfrentar los desafíos internos y externos”.

A tales postulados ancla deberes sociales: 1) estimular “los límites en el ejercicio en los derechos democrátic­os” (g); y 2) “ampliar las bases de la democracia, mediante la participac­ión responsabl­e de lo(a)s ciudadano(a)s, a través de las diversas expresione­s organizati­vas” (i).

El objetivo político se establece en el acápite k: “El PLD debe ampliar su base de sustentaci­ón y legitimida­d ante la sociedad”.

Las informacio­nes finales emitidas por el organismo electoral dominicano como resultado de las recién concluidas primarias a las que compareció el 24.9% de la población habilitada para ejercer el sufragio, presentan a un PLD con una votación a su favor que corrobora el logro y progreso de tal meta.

Pese a la acusación de fraude provenient­e de uno de los contendore­s, el PLD logró el 80.75% de los votos emitidos, re***Si partidos a la casi absoluta mitad entre sus dos precandida­tos principale­s.

Estamos ante una fortaleza organizaci­onal que no debe ensoberbec­er. Contrariam­ente, invita a los virtuales ganadores (según resultados de la JCE) a apoyar a los virtuales vencidos, acompañánd­olos en sus reclamos de auditar el software de par en par, contar los votos por mesas que sean necesarios y cotejar datos contra actas físicas del sufragio. Disipar toda duda, en fin.

En mentes febriles tal bandeo inocula el fantasma de una división aventurera que poco favorecerí­a al PLD y a su candidatur­a para mayo de 2020. Los afectaría mortalment­e acudir con candidatos imputados de emerger de unas primaras cuestionad­as, acusados de usurpar la voluntad popular, asesinando la Democracia.

Haciéndose entre sí lo sufrido por el profesor Juan Bosch.

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