Eladio Fernández: Activismo e investigación
Su trabajo traspasa la captura de imágenes y la fotografía de conservación. Eladio es un férreo activista ambiental, defensor del patrimonio natural dominicano, documentalista e investigador. Ha publicado nueve libros de fotografía. Su banco de imágenes de flora, fauna y paisajes es uno de los más grandes de las Antillas. Como resultado de las investigaciones que realizara sobre las aristolochias de La Española (originalmente para un libro fotográfico), el año pasado presentó oficialmente tres nuevas especies del género Aristolochia para la ciencia.
La fotografía es una herramienta de denuncia, de sensibilización, de ganar adeptos, y para hacer ciencia. Lo que no se capta en fotos es como si no existiera.
Empeorado. Y aunque uno vea una mejora en lugares puntuales, estamos en un proceso acelerado de franco deterioro de nuestros recursos naturales.
Que seamos dolientes voluntarios y parte de generar soluciones. Ya son muchos años de ver cómo los recursos en manos 100% de una gestión política es un sistema que no funciona. Cada cambio de gobierno trae consigo falta de continuidad, unos que no quieren hacer nada por la conservación y otros que se preocupan más pero sin recursos. La administración del patrimonio natural de la Republica Dominicana debe ser una gestión consensuada y compartida con mayoría de ambientalistas –– un fideicomiso. Hay ejemplos regionales de este sistema y funciona mejor que lo que tenemos actualmente.
Yo creo mucho en la fuerza del ejemplo. De pequeño veía los que yo consideraba mis superhéroes del mundo y yo quería ser como ellos, solo que eran diferentes de los héroes de mis amigos. Para mí Aquamán era Jacques Cousteau, Batman era Félix Rodríguez de la Fuente y la Mujer Maravilla era Annabelle Dod. No me conformaba con ser espectador y por eso a los 17 años comencé a recorrer el país con mi cámara.
La fotografía siempre ha estado ligada a una certificación de la experiencia de la realidad, pero en el mundo de hoy esto es peligroso porque hay mucha mentira para sostener unos ideales de estética y fascinación que buscan llenar unos vacíos existenciales con
Aunque la fotografía sirva para muchas cosas, en términos de fotografía de conservación hay que apegarse a dos principios primigenios del medio que nos ocupa: verdad y memoria. El primero porque si no hacemos este tipo de fotografía con honestidad estamos cortando la narrativa de lo que queremos representar, y por consiguiente cualquier esfuerzo por promoverla será en vano. La memoria es importante porque ata la ocurrencia a un tiempo y a un lugar, lo que permite construir mejor una historia natural.
La ética apela a unos valores que garanticen que lo que presentamos es fidedigno. El bienestar del organismo o ecosistema está por encima del logro de la foto .
Muestra la belleza, la función, importancia y la necesidad de dar a conocer y preservar los recursos naturales que tenemos. En nuestro país tenemos uno de los sistemas nacionales de áreas protegidas más grandes de la región caribeña, con 120 áreas que representan un 26.5% de la superficie terrestre y casi un 10% de la superficie marina. Sin embargo, cada día somos testigos de la destrucción y fragmentación de las mismas por el descuido, la falta de protección y de vigilancia; la tala de árboles para madera y carbón; la agricultura ilegal que destruye los bosques, el secuestro del agua de nacimientos y afluentes, la extracción de arena, la contaminación de acuíferos por petroquímicos y residuos sólidos. También el fuego escapado por las malas prácticas agrícolas o aplicado al monte para “clarear” y ganar terreno. Son los peligros reales que enfrentamos. Aquí es donde entra la fotografía como herramienta crucial, ayudando al conocimiento y admiración por la naturaleza sana, y también como referencia y denuncia para ayudar a su cuidado y protección. Una imagen bien lograda causa un efecto estremecedor en el observador, una herramienta para enseñar y provocar a las personas e incentivarlas a conocer y proteger nuestro patrimonio natural.
La fotografía que hago es presencia y evidencia de momentos, lugares y cosas que van desapareciendo a gran velocidad. Tengo imágenes del mismo sitio en épocas distintas y que muestran un tremendo cambio.
Para muchos son desconocidas las maravillas que hay allí afuera.