Nos adaptaremos a todo, podemos apostar por ello
Pocas áreas de la vida han quedado inalteradas por el esfuerzo por detener la propagación del coronavirus. Pero algunos trastornos causan menos compasión que otros.
Un ejemplo es el apuro por el que pasan los obsesionados con las apuestas. Aunque los casinos ahora están reabriendo, las oportunidades perdidas para apostar van mucho más allá. Ni siquiera el espacio abierto de un campo de golf es seguro para una apuesta amistosa —o no tanto.
El problema en el golf es el hoyo en sí. Aunque los jugadores pueden mantener su distancia, mientras recorren 100 hectáreas o más, todos recogen su bola del mismo agujerito. Así que muchos campos han elevado los forros en cada hoyo para evitar que la pelota, de hecho, caiga en el interior. Esta solo golpea el forro elevado y rebota, para ser recogida en una sana distancia.
Este ajuste, aunque reduce el riesgo, también disminuye la delicadeza requerida para hacer un putt. Los puntajes de algunos jugadores mejoran y eso ha cambiado las probabilidades cuando hay algunos —o algunos cientos— de dólares en juego.
Tal vez eso no parezca tan importante, en lo que se supone que es un “deporte de caballeros”, pero a los caballeros les gusta apostar y hay pocas apuestas deportivas adicionales que se pueden hacer en este momento, en vista de la suspensión de actividades de las ligas deportivas profesionales. Pero como escribió Seth Schiesel de The New York Times, “Las compañías de apuestas se han mantenido a flote, gracias a una obviedad perdurable en los casinos: los apostadores encuentran cosas a las cuales apostar”.
Y algo importante que han encontrado para apostar recientemente son los deportes electrónicos. Desde principios de marzo, reportó Schiesel, la mitad de todas las apuestas deportivas en Europa habían venido de los deportes electrónicos, al tiempo que algunos corredores de apuestas ven más de 40 veces el volumen que antes tenían las apuestas, en los deportes electrónicos. Se estima que los ingresos mundiales alcancen alrededor de 14.000 millones de dólares este año, el doble del año pasado.
Aquellos en la industria tienen previsto que las apuestas en los deportes electrónicos se mantengan populares, pero ya hay competencia por la atención del apostador deportivo en la banca: Wall Street.
Matt Phillips, de The Times, informó sobre un repunte de pequeños inversionistas, que han influido en el mercado bursátil estadounidense. “No está claro cuántos de los recién llegados son apostadores deportivos, pero algunos se comportan como apostadores agresivos”, escribió. “Ha habido un repunte en apuestas pequeñas en el mercado
Aunque los deportes están suspendidos, apostar no lo está.
de opciones sobre acciones, donde las apuestas sobre el rumbo de los precios de las acciones pueden producir puntajes emocionantes y pérdidas devastadoras”.
Tras la suspensión de actividades deportivas, Steven Young, un profesor cerca de Filadelfia, retiró todo el dinero de sus cuentas de apuestas deportivas y lo depositó en una plataforma de corretaje de acciones.
Seth Serrano, de Nueva Jersey, también dio el salto, aunque admite que, “no sé lo que son la mitad de estas cosas”, cuando considera su cartera de acciones. Pero está muy familiarizado con una compañía en la que compró una participación: DraftKings, un servicio de apuestas deportivas que ha usado.
“Básicamente, como que le apuesto a mis apuestas”, expresó.