De mafia y desorden en beisbol local
Debo reconocer, en primer término, el gran esfuerzo que ha hecho Ricky Noboa al frente de la oficina del Comisionado Nacional de beisbol. Esta posición nació en 1982-893 con la ley de expansión de la liga dominicana, aquella que, aprobada por el Congreso Nacional, creó las dos nuevas franquicias Azucareros del Este y Caimanes del Sur.
Ricky, un narrador de beisbol de estilo propio muy agradable, cumple 6 años en el cargo y siempre recibió el respeto y el cariño del ex presidente Danilo Medina. Pero no tanto así de la principal deportiva figura del país, el Ministro de Deportes. En sus dos primeros años con Jaime David Fernández Mirabal, quien fue indiferente, y los últimos cuatro años con Danilo Díaz, quien se manejó con el norte de no meterse en problemas con nadie, mucho menos con la poderosa maquinaria de MLB. Pero siendo justos, Ricky emprendió una batalla a favor de los jóvenes peloteros dominicanos captados en su pubertad, en forma abusiva y descontrolada, sacados de sus centros escolares, e incentivados en una larga y peligrosa carrera por forjarse una vida de pelotero profesional para ir en pos del gran dinero. Esa lucha incluyó diligencias ante el Congreso Nacional para buscar apoyo jurídico que permitiera controles en ese campo de buscones y scouts, destacándose la reinserción escolar.
Todas sus iniciativas, en ese y otros sentidos, están ahí, pero al no tener el apoyo del Ministerio de Deportes ni de Palacio Nacional, los resultados no llegaron.
Ahora viene la denuncia de José Guillén, ex pelotero de grandes ligas, quien está dolido porque el beisbol dominicano tiene una “mafia”, está muy contaminado, y el comisionado de allá, de MLB, se hace de la vista gorda.
¿Qué hacer, entonces, con toda esta contaminación? Solo puedo decir que alguien deberá arreglar eso más temprano que tarde, a los buscones y a los scouts, y supervisarlo todo, con la anuencia o no de MLB y de Lidom. Total, esa actividad se desarrolla en territorio dominicano, y de algo debe de valer la soberanía. Felicito a Guillén por su valentía, aunque muchos lo califiquen de “atrevido” porque él debió hacer eso cuando era protagonista y ganaba muchísimo dinero. Pero eso no lo descalifica ahora.
Ricky se va ahora, entrará otro en su lugar, y debe irse satisfecho por su gran esfuerzo, aunque la contaminación sigue igualita.