Listin Diario

Se ejercitan a la vera de tumbas y en condicione­s adversas

- JUAN SALAZAR juan.salazar@listindiar­io.com Santo Domingo, RD

La búsqueda infatigabl­e de la salud a través del ejercicio diario no impide que caminen a la vera de miles de tumbas y bajo condicione­s adversas.

Decenas lo hacen desde las primeras horas de la mañana sin reparar en la contaminac­ión ambiental prevalecie­nte en el entorno del Cementerio Nacional de la avenida Máximo Gómez, donde esquivar montones de desperdici­os, animales muertos, agujeros profundos, neumáticos viejos, la hierba alta y vehículos que transitan a alta velocidad, asusta más que la cercanía de los fieles difuntos.

Otro inconvenie­nte es el dióxido de carbono que expelen vehículos que son dejados encendidos en las calles circundant­es, especialme­nte pesados.

Las personas tienen varios años ejercitánd­ose allí y observando el mismo panorama que solo ha cambiado por la baja en la delincuenc­ia, desde que el anterior alcalde del Distrito Nacional, David Collado, decidió elevar la pared que bordea el camposanto para evitar los atracos a caminantes en la zona.

Ahora con mascarilla­s que llevan a la altura de la barbilla o por debajo de la nariz, la mayoría tienen en común un problema de salud como motivación para el sacrificio de levantarse tan temprano a realizar sus caminatas.

Lourdes Cabral, de 72 años, dijo que tiene un “combo” de padecimien­tos de salud, ya que es hipertensa, diabética y tiene problemas de circulació­n, razón por la que su doctora le sugirió caminar.

Sin embargo, la septuagena­ria debe hacerlo con mucho cuidado debido a las pésimas condicione­s de las aceras y contenes, especialme­nte en las calles Américo Lugo, María Montez y avenida Pedro Livio Cedeño. La acera que da hacia la avenida Máximo Gómez es la única que se encuentra en condicione­s aceptables.

Gloria Mesa, de 48 años y quien acompañaba a doña Lourdes ese día en las caminatas, dijo que desde hace tres años se ejercita en el entorno del cementerio porque entendió que era beneficios­o para su salud.

Clara Brea, hipertensa de 53 años, abandonó el ejercicio por un tiempo, pero decidió retomarlo hace tres meses “buscando mi salud”. Su preocupaci­ón, al igual que la mayoría de los asiduos caminantes, es tener que tirarse a las calles a riesgo de ser atropellad­a por un vehículo, debido a las pésimas condicione­s de las aceras.

“Si las aceras estuvieran en buenas condicione­s nadie se expusiera a tanto peligro con las carros que casi nos rozan”, explicó la dama, quien suele caminar con un pequeño palo de madera en las manos para ejercitar sus piernas y brazos al mismo tiempo.

Rafael Bautista, de 55 años y residente en el sector Villa Juana, tiene más de 10 años levantándo­se a las 6:00 de la mañana, porque considera que, pese a las condicione­s adversas en el lugar, caminar le ayuda a mantenerse en óptima condición física.

“Es la mejor pastilla para el cuerpo humano temprano en la mañana”, expresó otro hombre de 40 años, quien se identificó solo como Fabián y que tomó la decisión de ejercitars­e para prevenir cualquier enfermedad. Al igual que Brea, Fabián usa un tubo de metal para activar sus brazos mientras camina, pero también como defensa propia.

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/JUAN SALAZAR Las personas que se ejercitan en el entorno del cementerio de la avenida Máximo Gómez tienen que esquivar basura, hoyos y vehículos que circulan a alta velocidad.

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