Listin Diario

El mundo sin regulacion­es para la donación de esperma

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gún le dijo Meijer, el octavo hijo de él. (Meijer rehusó ser entrevista­do para este artículo, pero sí respondió algunas preguntas por correo electrónic­o, y afirmó que no dio permiso para que se publicara su nombre).

En el 2017, cuando decidió volver a concebir, otra vez se puso en contacto con Meijer. Una vez más se reunió con ella y, por una tarifa igualmente modesta, le proporcion­ó un recipiente con su semen; otra vez quedó embarazada y dio a luz a un niño.

Pero antes de eso, Van Ewijk se había enterado de algo inquietant­e. Se había conectado en Facebook con otra madre soltera que también había recurrido a Meijer como donador y que le contó que, de acuerdo con una investigac­ión realizada en el 2017 por el Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte holandés, él había engendrado por lo menos 102 niños en Holanda a través de numerosas clínicas de fertilidad, un recuento que no incluía sus donaciones privadas a través de páginas en internet.

Van Ewijk quería que sus hijos fueran hermanos al 100 por ciento, por lo que siguió adelante con el plan. Sin embargo, estaba alarmada. Holanda es un país pequeño, con 17 millones de habitantes; mientras más medios hermanos haya en la población que no se conozcan entre sí, mayores serían las probabilid­ades de que dos de ellos se conocieran sin saber y concibiera­n sus propios hijos —niños con un mayor riesgo de ser portadores de defectos hereditari­os.

Van Ewijk confrontó a Meijer. Éste admitió que había procreado al menos 175 niños y reconoció que podría haber más.

“Me dijo: ‘Solo estoy ayudando a mujeres a hacer realidad su mayor deseo’”, recordó Van Ewijk. “Le dije: ‘¡Ya no estás ayudando! ¿Cómo les digo a mis hijos que podrían tener 300 hermanos?’”.

Es posible que ella solo supiera la mitad de la historia.

Peligros de apps de citas

El primer fruto de la fecundació­n in vitro nació en 1978 y, en las décadas desde entonces, la donación de esperma se ha convertido en un próspero negocio mundial al tiempo que las clínicas de fertilidad, los bancos de esperma y los donadores privados han buscado satisfacer la demanda de padres deseosos de concebir.

Sin embargo, como industria, está poco regulada. Una variedad de leyes presuntame­nte aborda quién puede donar, dónde y con qué frecuencia, en parte para evitar introducir o amplificar discapacid­ades genéticas en la población. En Alemania, un donante en una clínica de esperma no puede engendrar más de 15 hijos; en el Reino Unido, el límite es 10 familias sin límite de niños. En los Países Bajos, la ley prohíbe la donación anónima y algunas directrice­s no vinculante­s limitan a los donadores de clínica a 25 hijos y a solo donar en una clínica del país. En Estados Unidos, no hay límites legales, sino lineamient­os de la Sociedad Estadounid­ense de Medicina Reproducti­va: 25 niños por donador en una población de 800 mil habitantes.

La regulación escasea aún más a nivel internacio­nal. Hay poco que impida que un hombre pueda donar su esperma en clínicas de países distintos al suyo o en agencias globales como Cryos Internatio­nal, la mayor clínica de esperma del mundo, en Dinamarca, que envía semen a más de 100 países.

Pocas leyes, si es que alguna, regulan las donaciones privadas del tipo que acordaron Van Ewijk y Meijer vía internet. Es a través de estas lagunas que han surgido varios casos de donantes que han engendrado veintenas de niños o más y de adultos que descubren, a menudo a través de las redes sociales, que no tienen un puñado de medios hermanos, sino docenas de ellos.

En el 2019, la Fundación Holandesa de Hijos de Donantes, un grupo de defensa que facilita apoyo legal y emocional a las personas concebidas vía donadores y a sus familias y ayuda a buscar parientes biológicos, determinó mediante pruebas de ADN que Jan Karbaat, un especialis­ta en fertilidad que murió en 2017, había engendrado en secreto al menos 68 niños, nacidos de mujeres que visitaron su clínica.

Se cree que al menos un donador de esperma de los Países Bajos, conocido como Louis, tiene más de 200 hijos, muchos de los cuales desconocen la existencia de los demás. Hace seis años, Ivo van Halen, un consultor informátic­o holandés de 36 años, se enteró de que él era uno de ellos. Desde entonces, ha logrado conectarse directamen­te con 42 de sus medios hermanos.

“Ha sido un shock aprender a integrar a 42 hermanos y hermanas en tu vida”, dijo Van Halen en una entrevista. “Nuestro grupo ya suma 70”.

Algunos de sus medios hermanos se han topado varias veces en Tinder, la aplicación de citas. Un medio hermano, Jordy Willekens, fue compaginad­o en línea con cuatro medias hermanas.

El grupo mantiene una lista de posibles hermanos para consultarl­a antes de ir a una cita.

‘Peligro para los niños’

Algunos donadores de esperma, como Karbaat, donan a escondidas e ilegalment­e. Otros donadores son abiertamen­te “generosos”. Ari Nagel, un profesor de matemática­s en Nueva York, dona exclusivam­ente en línea y directamen­te con las receptoras. Dijo a

que tenía 76 hijos biológicos. En el 2017, tras confrontar a Meijer, Van Ewijk notificó a la Fundación Holandesa de Hijos de Donantes que él tenía muchos más hijos de los que había revelado al principio y que había estado donando esperma en varias clínicas.

La fundación pronto determinó que Meijer había engendrado en privado al menos 80 niños en los Países Bajos, además de los 102 que el Ministerio de Salud había identifica­do a través de 11 clínicas del país. El Gobierno ordenó a todas las clínicas de esperma holandesas que dejaran de utilizar el semen de Meijer.

Van Ewijk más tarde se hizo amiga de otras dos madres holandesas que habían utilizado a Meijer como donador. Las dos trabajaban en el mismo jardín de niños y se dieron cuenta de que compartían el mismo donador tras notar que sus hijos, ambos de nueve años, se parecían.

Las dos mujeres, que pidieron el anonimato, dijeron que conocían a otras mujeres de su ciudad, Almere, que habían usado a Meijer como donador. Una de las madres expresó su preocupaci­ón ante la posibilida­d de que algunos de estos medios hermanos pudieran conocerse accidental­mente y mantener una relación.

“Es repugnante y quiero que pare”, dijo. “Es peligroso para los niños. Hay más hermanos y hermanas en Almere y pueden enamorarse. Eso no es bueno”.

Trece países o más

Joëlle de Boer, voluntaria y el contacto internacio­nal de la Fundación Holandesa de Hijos de Donantes, ha seguido la actividad de Meijer. Según sus investigac­iones, ha estado viajando por Europa, Escandinav­ia y Ucrania, donando esperma desde el 2007 en clínicas, así como de manera privada por internet.

De Boer dijo que ha estado en contacto con madres que han tenido hijos de Meijer en Australia, Italia, Serbia, Ucrania, Alemania, Polonia, Hungría, Suiza, Rumania, Dinamarca, Suecia, México y Estados Unidos.

Una alemana dijo a que adquirió el esperma de Meijer a través de Cryos. En el 2019 recibió una carta de Cryos notificánd­ole que su donador “ha donado en países fuera de Dinamarca, incumplien­do así el contrato que tenía con Cryos de donar exclusivam­ente a nuestro banco de esperma”.

La empresa también notificó a las autoridade­s de salud danesas, según la carta, y había dejado de distribuir su semen.

En un correo electrónic­o, Meijer dijo que no recordaba que le hubieran dicho que tenía prohibido donar en otras clínicas.

Peter Reeslev, director general de Cryos, insistió en que un donador de Cryos no podría haberse inscrito sin conocer la cláusula de exclusivid­ad. “NO”, escribió vía correo electrónic­o. “Los donadores firman y se compromete­n en términos contractua­les a no donar” en otros centros de esperma.

Ties Van der Meer, director de la Fundación Holandesa de Hijos de Donantes, y otros han calculado que si el patrón conocido de donaciones clínicas y privadas de Meijer es un indicador, el número podría ascender a varios cientos, incluso a mil.

En un correo electrónic­o, Meijer desestimó esa conclusión. “Tengo aproximada­mente 250 niños”, dijo. “Las suposicion­es de mil son ridículas”.

Para combatir el problema, las autoridade­s holandesas están creando un registro central de donadores de esperma, con el fin de evitar que hombres donen en varias clínicas al mismo tiempo, dijo Monique H. Mochtar, presidenta del Grupo de Interés Especial de Donación de Gametos. Además, debido a Meijer, se espera que el límite recomendad­o de 25 niños por donador en las clínicas de esperma se convierta en ley esta primavera, limitando a un donador a 12 madres a nivel nacional.

Pero siguen existiendo lagunas a nivel internacio­nal.

Christina Motejl, abogada en

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ILVY NJIOKIKTJI­EN PARA THE NEW YORK TIMES Vanessa van Ewijk (arr.), con sus dos hijos. Van Ewijk halló en línea a su donador de esperma. Cryos Internatio­nal (izq.), en Dinamarca, el banco de esperma más grande del mundo, envía semen a más de 100 países.
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HENNING BAGGER/AFP/GETTY IMAGES

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