Proyecto Nuevo Domingo Savio avanza lento y vecinos están muy desconfiados
La preocupación de los residentes en el sector Los Guandules, situado en las riberas del Ozama, al despertarse cada mañana y ver sus casas numeradas para un futuro desalojo, volvió a resurgir hace unas semanas cuando trabajadores, que según dijeron, pertenecen a la Unidad Ejecutora para la Readecuación de la Barquita y Alrededores (Urbe), se apersonaron allí para tomar fotos de sus viviendas.
“Hace menos de un mes que vinieron y hasta entraron a algunas casas disque tirando fotos”, explicó Joel Ramírez, quien reveló su nombre luego de hacer varias preguntas, según él, “por temor”.
Ramírez señaló que la numeración de cada casa se realizó hace aproximadamente dos años y desde entonces viven con el temor de que les desalojen sin suficiente tiempo para desocupar sus casas.
Al respecto, reveló que en cada ocasión “nadie les dice nada”, a pesar de que les preguntan constantemente.
Más abajo, en la ribera del río Ozama, los trabajadores avanzan despacio ante las inclemencias del sol. Una fuente ligada al proyecto explicó que los trabajos fueron detenidos a raíz de la incidencia en el país de la pandemia de Covid-19, pero fueron reiniciados tan pronto concluyó el proceso de elección presidencial. Indicó, además, que las brigadas de trabajo inician su jornada desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.
“Actualmente se están realizando trabajos para acondicionar el terreno”, especificó la fuente.
Sin embargo, Agustín Pina, quien perdió su vivienda durante los desalojos forzosos, hace poco más de dos años, expresó que la obra “´ta lenta”.
“Yo veo eso igual”, añadió Pina, y agregó que por la casa que le destruyeron, y en la que tenía más de 20 años viviendo con sus tres hijos, ahora mayores de edad, le remunerarían 17,000 pesos, pero aún no ha recibido “ni un peso”.
De su lado, Tiodoso Mera dijo que con el cambio de gobierno también cambiaron a los ingenieros.