“No temas; basta que tengas fe”
En el Evangelio de hoy XIII domingo del tiempo ordinario, Jesús realiza 2 grandes milagros. Uno a la hija de un jefe de la sinagoga, y el otro de una mujer que desde ya 12 años sufría de hemorragias que no se curaran nunca a pesar de haber ido a varios médicos. Esta mujer simplemente se acercó a Jesús y le toco el manto, pensando que con solo tocarlo se curaría. El se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando: “¿Quién me ha tocado?” Los discípulos le contestaron: “Ves cómo te apretuja la gente y preguntas “¿Quién me ha tocado”? La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. El le dijo: “Hija tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.” Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: “Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestarmas al Maestro?” Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:
“No temas; basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga, y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo:
“¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta, está dormida”.
Se reían de El. Pero El los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y dijo: “Talitha qumi” (que significa “Contigo hablo, niña levántate”).