Baja cifra haitianos en el campamento
Washington amplió la vigencia del Estatuto de Protección Temporal (TPS) para los haitianos que estaban en Estados Unidos antes del 30 de julio.
Un campamento a lo largo de la frontera de Texas en el que hace algunos días había cerca de 15,000 migrantes se redujo drásticamente ayer jueves, mientras al otro lado del río Bravo, en México, los migrantes haitianos de un campamento cada vez más grande se encontraron rodeados al amanecer por las fuerzas de seguridad al tiempo que un helicóptero sobrevolaba la zona.
Hasta ayer jueves, unos 4,000 migrantes permanecían debajo del puente entre la localidad de Del Rio, en Texas, y México, dijeron funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El número alcanzó su punto máximo el sábado, cuando los migrantes -impulsados por la confusión en torno a las políticas del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden y la información falsa en las redes sociales- convergieron en el cruce. Se les estaba proporcionando comida, refugio y atención médica a quienes lo necesitaran, señalaron los funcionarios. Aproximadamente 1,400 migrantes han sido enviados a Haití en 13 vuelos en virtud de una orden relacionada con la pandemia de coronavirus, conocida como Título 42, comentaron los funcionarios a los periodistas. Otras 3,200 personas están bajo custodia de Estados Unidos y están siendo procesadas, mientras que varios miles han regresado a México, de acuerdo con los funcionarios, quienes hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar públicamente sobre una operación en curso.
El Instituto Nacional de Migración de México informó el miércoles por la noche que había hasta 600 migrantes en Ciudad Acuña. En el campamento junto al río Bravo (Grande) parecía haber la misma cantidad. Estados Unidos y México parecían ávidos de poner fin a una situación humanitaria altamente politizada en la frontera, al tiempo que la expulsión de haitianos le valió fuertes críticas al gobierno de Biden. El enviado especial de Biden a Haití, Daniel Foote, presentó una carta de renuncia en la que denunció las “inhumanas” expulsiones masivas de migrantes haitianos, dijeron funcionarios estadounidenses el jueves. En México, los migrantes acampados en un parque junto al río Bravo en Ciudad Acuña se encontraron con camiones de la policía estatal colocados a 10 metros de distancia entre sus carpas y la orilla. Después de varios minutos de indecisión, decenas de familias optaron por echarse al río y cruzar por un punto donde había un solo vehículo de la policía municipal, pensando que era preferible arriesgarse con las autoridades de Estados Unidos. El objetivo de la operación mexicana aparentemente era forzar a los migrantes a volver a cruzar el río hacia Texas. Una barda y una hilera de vehículos los obligaban a enfilar hacia el cruce que habían utilizado durante toda la semana.
Los autobuses partieron vacíos. La mayoría de los migrantes permanecieron en el campamento.
“Mal, mal, mal, las cosas van mal”, comentó Michou Petion, mientras caminaba hacia el río con su hijo de 2 años en brazos. Su esposo cargaba las bolsas con sus pertenencias y llevaba varios pares de zapatillas colgados del cuello.
“Estados Unidos hace muchas deportaciones a Haití, ahora no sé si puedo entrar o salir”, dijo Petion. “Hablamos con mucha gente y están nerviosos, tienen miedo, están desesperados”, comentó Christoph Jankhoefer, de Médicos Sin Fronteras.
A algunos haitianos se les está permitiendo permanecer en Estados Unidos temporalmente para solicitar asilo u otro tipo de residencia a condición de presentarse más adelante ante las autoridades de inmigración. Los funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional se negaron a especificar el número.