Dinero, sabiduría y éxito
Estaría usted dispuesto a vender a todos sus hijos por treinta y seis millones de pesos?
¿Cuántos de nosotros seríamos capaces de asesinar a un desconocido por esta misma suma?
Estas preguntas podrán parecer extrañas. Sin embargo, una encuesta como esta podría revelar hasta qué punto creemos que el dinero vale.
En EEUU, los psicólogos Edward Deci y Richard Flaste hicieron esta encuesta, los resultados fueron: 3% de los norteamericanos estaría dispuesto a vender a todos sus hijos y 7% mataría a un desconocido. (“Why we do what we do”, 1995. Primera edición, página 133).
¿Es que mi esfuerzo lo dedico a producir dinero, como si este fuera un bien absoluto? ¿Es el dinero la solución a todos los problemas y, por tanto, el bien mayor al cual aspirar?
En el evangelio de San Marcos 10, 17-30, el Señor hace una revelación diciéndonos cuál es la medida justa de los valores en la vida, qué es lo mejor, y qué es lo que puede hacernos realmente exitosos y felices.
Conozco a un hombre que se ha atrevido a creerle al Señor. Su posición, tanto social y económica como profesional, le facilitaban convertirse en un hombre rico en grado sumo. Pero él ha elegido llevarse del Señor en vez de llevarse de sí mismo. ¿Resultado?
Que es un hombre rico en amigos, en amor y en paz. A su familia nunca le ha faltado nada, y que es un eterno agradecido del Señor que lo haya mirado con cariño, y le haya hecho el inapreciable regalo de su amistad personal. El sigue recibiendo “un espíritu de sabiduría” y “todos los demás bienes le han venido con ella”.
El Señor nos mira con cariño y nos quiere dar ese espíritu de sabiduría, un valor tan grande que “todo el oro a su lado es un poco de arena, y junto a él, la plata vale lo que el barro”.
La pregunta de hoy
¿Está el Señor en contra de las riquezas?
“La pobreza de Madre Teresa
no era desprecio de las cosas de este mundo, sino valoración de las personas”. (Arzobispo de Sevilla).
Una persona con muchos bienes materiales puede ser un auténtico cristiano mientras no los ponga por encima de Dios ni de las personas.
Las personas serán siempre más importantes que cualquier otro valor (sea éste dinero, o poder, o placer) para un hombre que haya recibido sabiduría.
Éxito es priorizar, y es usar el dinero con sabiduría, ayudando a los necesitados sin que ellos lo sepan.