Qatar acapara la atención mundial
DOHA, Qatar — A medida que el caos se apoderaba de los esfuerzos de última hora de Estados Unidos para evacuar a más de 120 mil de sus ciudadanos y socios de Afganistán en agosto, un país diminuto y rico que muchos estadounidenses batallarían para encontrar en un mapa, de repente, se encontró particularmente posicionado para ayudar.
Qatar, una península arenosa y bañada por el sol en el Golfo Pérsico, recibió a unos 60 mil estadounidenses y afganos, más que cualquier otro país. Y con sus lazos tanto con Estados Unidos —alberga la base militar estadounidense más grande en Medio Oriente— como con el talibán, está bien situado para desempeñar un papel importante como intermediario entre el nuevo Afganistán dirigido por los talibanes y Occidente.
El país rico en gas, que durante mucho tiempo ha utilizado su tremenda riqueza para lograr una influencia descomunal, goza de un momento bajo los reflectores mundiales.